Dos estudios publicados hoy en la revista Nature ofrecen nuevos detalles sobre las colosales tormentas que se producen en la atmósfera de Saturno. El primero de ellos, dirigido por el Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco (UPV), ha determinado que estas tormentas se originan por convección, de forma similar a las tormentas terrestres. En el segundo, gracias a los datos de la sonda Cassini, se ha observado que la intensidad de las ondas de radio que produce la tormenta es 10.000 veces superior a cualquiera que se haya medido en la Tierra, con una actividad de más de diez rayos por segundo.
Ambos estudios se han centrado en el análisis de una tormenta que se inició en diciembre de 2010 y aún permanece activa. Este tipo de turbulencias se da cada año de Saturno, que corresponde a casi 30 años terrestres. "La primera en ser detectada se produjo en 1876 y desde entonces sólo se han producido cinco más, incluyendo la actual", asegura Ricardo Huso, profesor de la UPV y uno de los autores principales de la investigación.
En esta ocasión, la perturbación atmosférica ha alcanzado los 8.000 kilómetros de extensión, suficiente para envolver por completo la Tierra. El tamaño de Saturno, el segundo planeta más grande del Sistema Solar, después de Júpiter, le permite tener procesos meteorológicos de grandes dimensiones.
Pese a que la atmósfera de Saturno tiene poco que ver con la de la Tierra, la formación de estas tormentas se produce "de forma similar a las típicas tormentas de verano de nuestro planeta, como la gota fría", explica Hueso. En la Tierra el agua se evapora y asciende a través de la atmósfera por convección, hasta llegar a las capas altas, donde se enfría y se condensa, formando las nubes. En Saturno, la atmósfera está compuesta fundamentalmente de amoniaco; sin embargo, la tormenta observada "está compuesta también de agua y esta se encuentra por debajo del nivel de las nubes".
La imagen muestra cmo ha ido evolucionando la gran tormenta hasta dar la vuelta completa al planeta gigante.
Estas imágenes en falso color corresponden a las tomadas por la nave espacial Cassini de una gran tormenta que se desarrolló a partir de una pequeña mancha que apareció a principios de 12 semanas en el norte de Saturno. Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech / SSI.
Aquí es donde reside lo "novedoso" de este estudio, afirma Hueso, dado que, "gracias a las simulaciones numéricas realizadas, ha quedado demostrado que el origen de estas tormentas se halla a más de 250 kilómetros bajo las nubes, que es donde se encuentra el agua".
Los datos que han utilizado los investigadores de la UPV para realizar el estudio provienen, fundamentalmente, de una red de astrónomos aficionados, ya que la tormenta es visible a través de telescopios con espejos de entre 30 y 40 centímetros de diámetro.
Aunque gracias a la investigación se ha conseguido dar respuesta a algunos procesos que determinan la evolución de este tipo de tormentas, algunas incógnitas siguen sin resolverse. Según Hueso, uno de los "grandes temas abiertos" es saber por qué esta tormenta se ha adelantado con respecto a las anteriores. Otra de las preguntas sin respuesta está relacionada con el hecho de que las turbulencias sean estacionales. "La luz del Sol no llega a las capas profundas de la atmósfera, donde se encuentra el agua", explica Hueso, con lo que no se entiende la relación de las tormentas con la época del año.
Fuente: Publico.es
La imagen de arriba capta un punto de vista compuesto, casi en color verdadero, de la gran tormenta que se está produciendo en el hemisferio norte de Saturno. Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech / SSI.
Quantum opina:
Lo que empezó como una pequeña mancha blanca y brillante en el hemisferio norte de Saturno ha resultado ser una enorme tormenta eléctrica de larga duración. La sonda espacial Cassini y telescopios terrestres han estado monitoreando la tormenta desde diciembre, y aún sigue creciendo. Cassini detectó unos 10 relámpagos por segundo dentro de la tormenta. Cada rayo es unas diez mil veces más fuerte que cualquier rayo que se produzca en la Tierra
El hecho ha sido tan extraordinario que este tipo de tormentas gigantes son tan raras que desde 1876, los astrónomos apenas han observado unas cinco tormentas de este tipo. La tormenta, en sus inicios, estaba formando una enorme cola de nubes blancas, tenía diez veces el tamaño de la Tierra y apenas dos meses después, la larga cola había rodeado por completo Saturno. Un evento espectacular que nos invita a seguir observándolo.