Hace ya dos semanas en una chacra cercana a San Miguel del Monte me puse a buscar aves para fotografiar; no había demasiado y lo poco que había se iba volando casi sin darme oportunidad de fotografiar, no obstante de lo poco que pude rescatar se encuentran las fotos de una golondrina ceja blanca (Tachycineta leucorrhoa), especie que suele tolerar a los humanos más de lo normal entre las aves.
Se encontraba posada en la varilla de un alambrado junto a otra de su especie, bien al descampado. Sabiendo que si me aproximaba caminando muy despacio hacia ella podría tomar unas fotos comencé a caminar en dirección contraria al sol para que el ave no me viera bien contra el destello solar además de tener mejor ángulo de iluminación. Pude tomar las primeras fotos a más de una decena de metros mientras se rascaba hasta llegar a unos 5 metros, distancia de su tolerancia máxima a mi nivel de altura, seguramente si la golondrina hubiera estado sobre un lugar más elevado podría haber llegado más cerca de ella.