Una gran empresa y un lema a seguir, oir, ver y callar.
Capitulo II
La mayoría de los empleados de esta gran empresa temen que sus palabras se expandan, se conozcan y por ello su miedo les impide reaccionar, quedándose impasibles a cualquier evento. Es tanto lo que ven sus ojos, escuchan sus oídos y siente su alma, que ninguno plasmaría su palabra en ninguno lugar visible, ninguno rebelaría sus conocimientos y sus conjeturas porque se han convertido en verdaderos cobardes asumiendo el peso de una descontrolada injusticia omitiendo las controversias y los malos hechos que constantemente oyen y ven.
Principalmente porque el empleado público es presa fácil de una sociedad despechada que sin lugar a dudas lo desprecia. En muchos casos se lo ha ganado a pulso con una elevada prepotencia que le lleva a tratar al ciudadano como siervo del empleado público, cuando en definitiva es al revés, no olvidemos que el sueldo del empleado sale del ciudadano.
Desgraciadamente el abuso de poder es tan frecuente y contagioso como si se tratase de una varicela y la mayoría pecan de este abuso a la hora de tratar con un ciudadano cualquier trámite sin importancia.
Muchos tratan con desaire a la gente a la hora de resolver un trámite, en vez de facilitarle las cosas se las ponen difíciles actuando con una burocracia complicada, enmarañando todos los papeles con un arte que sólo ellos tienen para complicar cualquier trámite sencillo, evitando a toda costa la eficiencia y la eficacia y aumentando tiempo en el movimiento de cualquier sencillo papel.
Una manera de actuar diferente a una empresa privada que busca prosperar, pudiendo siempre mejorar en vez de fastidiar, por estas actuaciones los espectadores sienten cierto rechazo hacía este tipo de trabajador público que aún encima de un mal trato y mala gestión burocrática , desata celos en los ciudadanos por tener privilegios tales como su asegurado sueldo, pero sin tener relación directa: conducta-sueldo, al igual que sus jefes políticos que en muchas ocasiones actúan incluso por encima de la ley trastornados por el poder y sin consecuencias activas, no afectando para nada su conducta a su sueldo o comisión. Un motivo más que injusto para que desate el desagrado de las personas de la comunidad, por lo tanto es comprensible que se sienta desprecio hacía este sector de empleados públicos prepotentes, cobardes y corruptos.
Quedan entonces expuestos los motivos de furia desatada en la ciudadanía hacia el trabajador público, en el párrafo anterior del porqué son criticados y están en el punto de mira estos colectivos de trabajadores que en realidad son siervos de la comunidad pero que la prepotencia de muchos le dá la vuelta a la tortilla y actúan manejando los hilos de la comunidad en beneficio de ellos mismos.
A los "listillos" que opinan que una paga de productividad acabaría con estos desajustes, habría que insistirles en que es una clara confusión. La productividad la adjudica el político y el político por lo general, sólo se la va a adjudicar a quien la pide..., a sus amigos, a sus familiares o a quien le pueda favorecer en algún trámite, nunca cobrará productividad quien se lo merece por justo y trabajador.
E aquí la cuestión quien está en posesión de la verdad y la sabiduría necesaria para juzgar????????
Si nos hacemos las siguientes preguntas... sorprendentemente no encontraremos respuesta a ellas.
1.-¿Qué persona es tan sincera, honesta y justa a la vez para juzgar los actos de los demás?
2.- ¿Qué persona es tan inteligente para descubrir a otra, quien engaña aparentando que trabaja mucho y en realidad no trabaja nada?
3.- ¿Quién es el valiente que acusa a un funcionario adoctrinado servidor de todo tipo de políticos que hábilmente es capaz de camuflar su verdadera identidad sirviendo siempre al que manda pero no cumple con su trabajo?
4.-¿Acaso es culpable aquel trabajador que su jefe no le manda hacer y por consiguiente no hace?
5.- y un funcionario que está castigado sin medios para trabajar ¿puede demostrar que trabaja?
No somos Dios todopoderoso, tan sólo somos hombre, algunos carecen de estímulos y dones y otros tienen el don de la sabiduría, otros el de la templanza, otros el de la honestidad, otros el de la inteligencia, otros el de la disciplina justa pero ¿Quién goza de todos estos dones a la vez y gracias a ello puede juzgar a otros? ¿Cómo se sabe quien es justo de verdad?
Quizá lo sabrá...un juez que no sabe ni la cuarta parte de la historia veraz de cada individuo...o alguien que se decanta siempre por una determinada tendencia.....o simplemente alguien que goza de poder.....
Tan sólo puede saberlo quien es Justo y Honrado, de corazón noble que además es testigo de todo lo que se mueve dentro del recinto. Es quien sabe marcar la diferencia entre lo que está bien hecho y lo que está mal, principalmente por qué ha vivido en las propias entrañas del habitáculo y conoce bien las penas y alegrías de los que allí residen, sabe distinguir quién es traidor y quien es honesto por qué antes ha escogido el camino del bien y de la verdad.
Utrella!!!