
La diferencia entre, quiero pensar en un elefante rosa y NO quiero pensar en un elefante rosa, está en el NO que se pone al principio de la frase, luego lo normal es pensar para luego intentar no hacerlo… complicado.
A veces para tranquilizarnos podemos decirnos que no queremos pensar en cosas que nos preocupan, nos dan miedo, o simplemente nos generan algún malestar. Cuanto más importante pueda ser el “no pensar”, más probable será que nos centremos en lo opuesto a lo que nos pedimos: “no quiero pensar en que mañana es lunes y tengo mucho trabajo pendiente”, “no quiero pensar en que me digan que tengo algo malo cuando me den el resultado de la radiografía”. A veces para deshacernos de un pensamiento negativo, no basta con decirnos que no se piense en él. Puede ser necesario primero convivir con la idea para después conseguir centrar la atención en otros pensamientos o actividades que sean más productivas.¡Un elefante rosa!
Muchas veces esta atracción por el opuesto conduce a la desesperanza y a la confusión de quienes se ven absorbidos por esta atracción. Puede generalizarse y aparecer en momentos en los que uno no los desea.Muchas veces esta atracción por el opuesto conduce a la desesperanza y a la confusión
Por ejemplo, si estamos de vacaciones disfrutando, es posible que al ser conscientes de que estamos tranquilos pueda aparecer la amenaza de estar mal.
Si anteriormente se han vivido episodios de ansiedad o tristeza, es muy frecuente que aparezcan pensamientos de miedo a estar agobiado y no disfrutar de lo que se está haciendo. A partir de allí la propia impaciencia por estar ya bien, por alejarse del malestar, es suficiente para que todo se complique donde no había razón para ello.Cuando es muy importante conseguir algo que deseamos, nos podemos volver muy eficaces dándonos órdenes y detectando peligros y amenazas que no nos permitan conseguir aquello que deseamos. Esto es bueno hasta que se convierte en un hábito demasiado automatizado y constante.En otras ocasiones he detallado qué es una idea obsesiva analizando ejemplos concretos: idea obsesiva sobre dañar a alguien, idea obsesiva sobre poder enloquecer, poder hacerse daño o acabar con la vida de uno mismo, o la idea obsesiva de poder ser homosexual. Hablar de miedo a estar enfermo, personalidad obsesiva, pesimismo y superstición, es en el fondo hablar de ideas obsesivas, necesidad de control y casi siempre de personalidades exigentes. Cuando las ideas obsesivas se unen a rituales y compulsiones generalizados a los largo del día podemos llegar a hablar de un trastorno obsesivo compulsivo, pero en cualquier caso las ideas obsesivas no son sólo propias de este trastorno, es decir todos podemos tener ideas obsesivas sin padecer ningún trastorno psicopatológico.