Revista Cultura y Ocio

"Una madre", de Alejandro Palomas: amor, humor, dolor... vida

Publicado el 13 febrero 2015 por Lidiacasado
   Fue una de mis lecturas favoritas del año pasado y todavía no la había traído hasta el blog, así que aprovecho esta semana del amor para declararme a Una madre y a su autor, Alejandro Palomas, recuperando la reseña que realicé para Anika entre Libros.
Título: Una madre
Título Original: (Una madre, 2014)
Autor: Alejandro Palomas
Editorial: Siruela
Colección: Nuevos Tiempos

Copyright:
© Alejandro Palomas, 2014
© Editorial Siruela, 2014
Edición: 1ª Edición: Febrero 2014
ISBN: 9788416120437
Tapa: Blanda
Etiquetas: familia, contemporánea, drama, novela dramática, literatura española, navidad, novela, novela de personajes, novela dramática, novela sentimental, padres e hijos, homosexualidad, maternidad
Nº de páginas: 248

Argumento:

La primera cena de Nochevieja en que la familia de Amalia podrá reunirse al completo desde hace tiempo le servirá a su hijo Fer para hacer memoria de las vivencias experimentadas hasta el momento y de las heridas que la vida ha causado en la piel de cada uno de ellos a lo largo de los años. El desamor, el abandono, el egoísmo, la soledad, la muerte, el anhelo de algo que no se puede conseguir o las máscaras que a veces nos ponemos para distanciarnos hasta de nosotros mismos son las algunas de las causas de esas heridas, heridas que solo el tiempo es capaz de curar (si es que tienen cura) y que siempre sanan mejor si uno tiene a alguien que se ocupa de ellas.

Opinión:


  Alejandro Palomas vuelve a sorprendernos en Una madrecon su profunda humanidad y por la exploración del ser humano y sus cicatrices tan exhaustiva, certera y esperanzadora que realiza. Y digo vuelve a sorprendernos porque aunque una ya espera sensibilidad y humanidad a raudales del autor, ha vuelto a dejarme con la boca abierta al comprobar hasta dónde esa capaz de llegar, hasta qué punto es capaz de explorar el alma humana, su maestría para construir personajes llenos de contradicciones y sentimientos, con personalidades bien marcadas y tremendamente reales. Tan reales que parecen hechos de carne y hueso en vez de papel y palabras. Tan reales que una espera encontrárselos alguna vez en la vida. Tan reales que he estado tentada de preguntarle a Palomas qué tal le ha ido a Fer, a Amalia, a Silvia, a Emma y al tío Eduardo después de Año Nuevo.
  Palomas tiene el don de hablar de temas aparentemente sencillos (una cena de Nochevieja y sus preparativos o los nudos que tantas veces se enredan en los lazos familiares) para profundizar en las causas del dolor, sus consecuencias y los remedios necesarios para aliviarlo. Y lo hace a través de personajes entrañables que cargan con sus propias mochilas llenas de piedras, arrastrando su peso de página a página del calendario. Heridasmal curadas, heridas que se reabren, heridas recientes o heridas que nunca se cerrarán y con las que hay que aprender a convivir, como la soledad, la sensación de no encajar en el mundo, el tiempo detenido tras un suceso trágico que le da la vuelta a nuestras vidas como si fueran un calcetín sucio que jamás podrá volver a estar limpio.
  Todas esas heridas tienen cabida en una novelaen la que el drama está permanentemente presente pero cuyos personajes, como ocurre en la vida misma, sobreviven a base de humor y de cariño. En este sentido, es imposible no hacer una mención especial a Amalia, la madre de Fer, la madre de esta familia, la madre del título (una madre cualquiera, pero ¡menuda madre!). Confieso que a mí me conquistó desde la primera página aunque entiendo que la mezcla de inocencia que roza la estupidez, humor e ironía que nos propone Palomas en ella pueda llegar a chocar a más de uno. Amalia es única, con sus locuras, sus achaques, sus manías, su dependencia para tantas cosas y su despreocupación para otras, su pasado, su capacidad para ver en los demás lo que nadie ve o, al contrario, para no ver lo que todos ven; su fragilidad, su fortaleza, su manera de entender el mundo y su forma de vivir cada día como si las lecciones de la vida no contaran y las malas intenciones de la gente fueran un cuento para asustar a niños confiados. Amalia es puro cariño, pura emoción, puro sentimiento. Un personaje que se convierte en eje central de la historia y que añade el humor (a veces absurdo, con un toque muy almodovariano) a una novela llena de cuchilladas.
   Con su estilo poético, trabajado y cercano, su punto de vista siempre humano y la profundidad de algunas frases que se quedan en el lector para siempre, Alejandro Palomas vuelve a conquistarnos con una novela llena de sentimientos en la que es imposible no involucrarse y que despertará en quien la lea la reflexión sobre el valor de la familia, la importancia del cariño, del perdón y de la comprensión y la alegría por celebrar la proximidad de quienes se mantienen a nuestro lado. A pesar de los años. A pesar de las heridas. A pesar de los errores.   Enlace a la reseña original.   Nos seguimos leyendo.

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