Esta mañana entraba con mi vecina del tercero, la Señora Susana, al portal, cuando me ha comentado que al Señor Puigdemont las malas lenguas ya comienzan a llamarle el Conejito de Duracell por aquello de que dura, y dura, y dura.
Como ella me lo ha comentado seria, pero como se dice en mi pueblo “con cara de chunga”, le he contestado seriamente también, que creo que es como en aquel chiste en el que el médico le dice a su paciente que tiene cáncer y que, desgraciadamente, se va a morir. Y a la pregunta del paciente si le recomienda dejar de fumar, el galeno le contesta que sí, que se morirá también, pero que se le va a hacer más largo.Y es que una de dos, o nos lo tomamos en broma o nos fustigamos, y precisamente tampoco es Semana Santa para hacer con ello un espectáculo religioso y que nos canten mientras una saeta.Al final, igual, por aquello del espectáculo, quizás hasta las autoridades de la Lotería Nacional se les enciende la bombilla y deciden que el Sorteo de Navidad, por una vez, y sin que sirva de precedente se va a celebrar en Bruselas, por aquello de que la mancha de mora con mora se quita, y que si ya se ha armado un espectáculo, lamentable en este caso, con marca España, aunque originado por un catalán que solo quiere ser de Cataluña, deberíamos de mostrarles, dentro de unas semanas, y casi coincidiendo con los comicios catalanes, el espectáculo con el que en España se da comienzo a la Navidad.
Por cierto, hoy las noticias de los informativos ya han confirmado que el disfraz más demandado este Halloween ha sido el de Puigdemont. Ahora precisamente, ese dinero les hubiera venido muy bien al expresidente catalán y a los 13 exconsellers del Govern para la fianza de 6.207.450 euros que les pide la jueza Carmen Lamela, en un plazo de tres días. Se supone que el Señor Artur Mas ya les habrá dicho que él lo único que les puede dar es buenos consejos, porque ya bastante tiene con recolectar lo suyo, y que va primero para que "su pueblo" le ayude.
Más de uno ahora se estará quejando de que su famosa hoja de ruta solo contemplaba el camino, por decirlo de alguna manera, de ida, y para el de vuelta, que al parecer han emprendido ahora, no saben, no contestan.
Ya para terminar, estoy deseando comprobar si en los próximos anuncios navideños, que ya tienen que estar al caer, se le ve a Carles Puigdemont bajo el slogan de “vuelve a casa por Navidad”. Si es así, ni tan mal, porque como muy tarde le tendríamos para el día 24 de Diciembre. Y para más de uno, de uno y otro lado, sería una Noche, más que Buena, buenísima.
*FOTO: DE LA RED