Con el mundo del absurdo y de los negocios no ganamos para sustos. Ahora lo último que se ha inventado una cadena de comida rápida, en concreto una hamburguesería es crear una máscara para poder comer hamburguesa sin dar el cante. O más en concreto, para que nadie te vea abrir la boca cuando te dispones a arrancar un trozo de tu almuerzo en pleno restaurante público. Y nos quejamos del burka musulmán, pero las musulmanas no son las únicas mujeres sufridoras. En Japón, las mujeres necesitan una máscara para comer hamburguesas. Y es que está mal visto que una mujer abra la boca.
Las costumbres en Japón son rígidas, sobre todo, para las mujeres. No está bien visto que las chicas abran demasiado la boca en público y si la tienen pequeña es una virtud. Una cadena de comida rápida ha inventado lo que llama ‘envoltorio liberador’, una especie de máscara que cubre la boca para que ‘ellas’ puedan hincarle el diente a la hamburguesas tamaño extra grande sin preocupación.
Freshness Burguer, la empresa japonesa, que creó el envoltorio para que las mujeres japones coman con dignidad la hamburguesa, ha asegurado que las ventas de su especialidad más grande ha aumentado un 213 % entre las chicas, desde que inventaron la trampa del cartón.
Fuente: Telecinco.es
Se llama envoltorio liberador porque libera a las mujeres de formalismos y represiones a las que se ven sometidas en los países orientales. Y para muestra los resultados, pues según cuenta la propia cadena de hamburgueserías, desde que esta máscara para comer hamburguesas ha sido inventada, la venta de las hamburguesas de mayor tamaño ha aumentado.
Mientras los adolescentes se asesinan, embobados por las fantasías que les absorbe el cerebro en los vídeojuegos y dibujos animados, y las mujeres viven soportando una violencia doméstica de la que nadie se entera, pues las leyes prefieren cerrar oídos y cerrar los ojos a justicia de igual a igual entre sexos, resulta que no puede uno tomarse una hamburguesa tranquilo. Al menos si eres mujer, cuidado! Porque está mal visto que una mujer abra la boca en público.
Imaginamos que el abrir la boca se entiende en un doble sentido. Sin embargo, si el almuerzo debería ser algo sagrado donde, al menos en él, no haya asiento para dar entrada a la discriminación, por ser mujer no sólo tienes que silenciar tu voz, sino también acallar tu estómago a costa de cualquier cosa. Y luego nos sorprende que las japonesas sean tan finitas y tan monas. Si es que las pobres mujeres japonesas se mueren de hambre.
Si esta máscara para comer hamburguesas se pone de moda en más restaurantes, ya me veo de aquí a unos meses a las japonesas redonditas como luchadoras de sumo. Y se lo han ganado! Ya podríamos las mujeres inventar algún tipo de máscara discriminatoria también. Y con la astuta que es la imaginación femenina, señores, ¡échense a temblar! Como dicen, la venganza se sirve en bandeja fría. Pero se servirá.