Written by valedeoro // 22/10/2013 // minimalismo // No comments
Requerimientos para comprar un coche
El coche nos da movilidad, una movilidad que en este momento es importante para diversos proyectos profesionales y privados. Durante el verano la moto nos ha rescatado de estas situaciones. Ahora que se acerca un tiempo más inestable, esto ya no es una opción viable. Así que en nombre de la seguridad y de la movilidad nos hemos decidido por el coche, no obstante, tuvimos en cuenta algunos requerimientos minimalistas:
Segunda mano. En general los productos de segunda mano son más sanos para el medio ambiente. Prolongando el uso de objetos existentes reduce la necesidad de producir nuevos productos. En nuestro caso, la anterior dueña del coche se va del país y le encanta saber que deja su coche en buenas manos.
Nada de crédito. Pagamos el coche al contado en vez de recurrir a una financiación externa. Los dos queremos trabajar el mínimo posible con los bancos para no fomentar el sistema financiero más de lo necesario (otra razón por la que trabajamos con Triodos).
Es un coche pequeño. Nos lleva a nuestro destino. Nos permite llevar al perro o a la abuela de excursión, sin que ocupe mucho espacio. Así reducimos el gasto en combustible y el estrés a la hora de buscar parking.
[Car Sharing. El coche es demasiado viejito para poder acogerse a un seguro de todo riesgo. Caso contrario ya lo habríamos dado de alta en socialcar.com para compartirlo con otros usuarios (si tu coche es más nuevo, ¡te lo recomiendo!). Así que por el momento publicaremos nuestros trayectorias en BlaBlaCar para ayudar a otros llegar a su destino.]
Herramientas, no sufrimiento
Podríamos haber seguido sin coche, sin duda. Al mismo tiempo, reconozco que el coche me facilitará mucha cosas y abrirá nuevas opciones de colaboración. En realidad, el coche es una herramienta, tal como lo es mi ordenador. Podría escribir mis textos a mano o ir a trabajar en un locutorio. La desventaja sería que lo disfrutaría menos, produciría menos, compartiría menos.
Simplificar tu vida no significa que sufras por tus principios, sino que evalúes bien lo que necesitas y lo que no. Cuándo tengas claro estas necesidades, podrás decidir qué se va, qué se queda, y qué te hace falta todavía.
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Imágen: cameliatwu/flickr