Revista Fútbol
Por Sonia Budassi
1. El taxista que me toca no hace ni un chiste sobre Diego y las drogas. El más repetido es el de la línea blanca sobre el pasto.
2. Yo tampoco estoy tan nerviosa.
3. Se dice que va a llover. No se ven casi revendedores de entradas, pero todos los laburantes te ofrecen banderas, vinchas y pilotines. ¿Cuántos lo abran comprado? ¿Los tienen ahora, guardados en la casa, de recuerdo?.
4. Tengo la confianza sobreactuada de quien conoce el terreno hasta ahí. Camino segura con mi acreditación colgada del pecho. Puerta de estadio, doblar, molinete; el del molinete lee en voz alta el medio que está escrito en el cartoncito que llevo colgando de una cinta celeste y blanca que retiré de la AFA. Paso. Ahora hacia el ascensor. Un organizador dice:
-Por ahí no.
Le hago caso, tan canchera no estoy. Al toque se acerca y me dice que le decía eso a otro.
-Vos por acá.
El ascensor que lleva a platea de prensa –cuando twitié dije “palco”- se comparte con el de las plateas VIP. Viajo con un cuarentón de ojos claros, un niño que tiene la cara pintada con un 10 y camiseta de un 10, y un pelado alto de 50. Se miden a ver quién analiza mejor el partido de All Boys de ayer. Salta el dato de que el hijo de uno es jugador de ahí.
5. Llegás al segundo piso, y se ve un pasillo que se parece un poco a los de un hotel de dos estrellas, el suelo alfombrado, las puertas de madera, cerradas. Si te metés como yo para espiar, te sacan enseguida, pero fichás que hay un pequeño living, y un acceso a sí, unos palcos. VIP. “Me confundí, perdón”, tenés que decir y poner cara de boba.
6. Segundo piso, bajar la escalera. Cuando necesitaba toda la onda estaba tan sola, oh. Y ahora que no tengo gran presión sí sucede: alguien grita mi nombre y abre sus brazos para ¡abrazarme!. Un periodista deportivo. Siento una suerte de pequeña consagración.
7. Del pasillo a la platea: Boom: suena a todo lo que da Juanse, un tema para Maradona. Le pido al chico AFA, que está en un escritorio antes de la entrada a la platea, que me de la planilla de titulares y suplentes que dan siempre pero dice que todavía no está. En Argentina Perú la tribuna de prensa estaba sobrepasada. Alguien tomó mi asiento –todos son numerados, al azar- y tuve que sentarme en el suelo, como muchos más. Ahora todo más relajado pero una construcción más cinematográfica del ambiente. El tema de Juanse, Matías Martin que pide el de Rodrigo cuando se termina “para bailar”, se suma a la imagen de todos los jugadores en la cancha calentando; y es inevitable ver si los toques coinciden con el ritmo del cuarteto, e imaginar que sí. Diego hace pases con Jonás, después con Heinze. En la tribuna de enfrente una hinchada casi profesional, coreográfica y con producción, va a hacer lo suyo en un rato.
8. Los asientos de prensa tienen mucho de escolar; son de madera con una mesita enfrente. El chico de al lado tiene una remera de Messi. No va a tomar nota en todo el partido. ¿en verdad será periodista? Tiene una super cámara semi profesional; saca fotos de vez en cuando. Atrás, los chicos de Perfil. Nadie va a escribir nada. No escucho como antes, como siempre que vine, decenas de voces sueperpuestas de radios grandes, radios chicas, televisaciones para el interior, relatar el partido. No hay preguntas deseseperadas de las que me hacían –erróneamente a mí- los de al lado o los de adelante del tipo:
-Uy, ¿cuántos cambios le quedan a Canadá?
-La falta fue del 3, ¿no?
9. Antes de arrancar, Matías Martin pide aplauso para Milito, que está en el banco al lado de Messi. La gente obedece.
10. El himno de Canadá lo canta un rubia linda y suena a voz lírica. Al de Argentina Ciro y funciona la producción previa: los de la platea de enfrente levantan sus cartulinas y queda una bandera argentina perfecta. Pero la versión Ciro no es canto de cancha, ni ritmo guerrero, ni capitaliza las estrofas barderas del himno “Oh, juremos con gloria morir”.
10. Hace un rato, antes del partido, sonaba “hacelo por mí”. Una bandera argentina que dice “Los Romero” delata a los primos del arquero enfrente. Twitter se cuelga. En la pantalla que en las eliminatorias mostró casi nada, ahora aparecen mensajes de los hinchas, y figuras del deporte hablando a cámara. Cuando aparece el Bambino me pregunto si a un cura, o a cualquier persona vinculada a otro oficio, condenado por abuso a un menor, se le permitirían nuevas apariciones públicas. Y que encima de consejos.
11. Cuando los jugadores entran a la cancha, hombres aspiradoras tratan de barrer los papelitos que fueron eyectados. No fracasan, pero tampoco resuelven. Jonás se acerca a uno de ellos y le hace un gesto de Qué va ser, ya está. Más no se puede hacer”. Es inútil aspirar contra el viento.
12. Hay un relator que además enunciará los cambios –eso tampoco pasaba en eliminatorias, había que mirar la tele pegada al techo de la tribuna, tortícolis, las pantallas están muy arriba en serio. Ahora te dictan; genial. (soy una caradura, en realidad nunca “cubrí” un partido).
13.Hay más banderas que lo habitual y me parece raro. Por un lado la despedida, el festejo por el bicentenario. Por otro, ¿por qué no se alentaba así cuando había más en riesgo? La entrega relajada al festejo que se percibe en periodistas e hinchas; de fondo la sensación del “show”, quita tensión. Hay cero nerviosismo. Me permití cantar sin culpa, Ataque 77 mientras en eliminatorias, menos el partido con Peru, todos se mostraban ajenos a cualquier tipo de impulso en la platea de prensa.
14. Atrás hay un joven y un adulto de un diario de Mar del Plata. El más grande dice “En Canadá si un espectador se mete en la cancha, le dan 35 días de cárcel”.
Espero que sea un happening promovido por TyC pero no: es literal de un viejo lobo de mar, de traje y corbata, concentrado, sufrido, que habrá venido más de cien veces acá.
15. Cuando el relator como siempre, nombra los titulares, todos son aplaudidos. Pero otra vez es Tevez y Messi, quienes hacen retumbar al estadio. Y, oh, caramba, también Palermo. Un periodista deportivo, el que ahora se alegra de verme, una vez que no lo necesito para mi anterior objetivo, me tira la idea de una nueva misión.
16. Los de amarillo de seguridad que están al borde del campo de juego son los que peor la pasan. Gane o pierda quien sea. Engancho a uno dándose vuelta para mirar un gol.
Mientras Tiene la camiseta de Messi
Continuará...