Planeta orbitando una estrella enana blanca y que exhibe una atmósfera contaminada. Crédito: Christine Pulliam (CfA).
La humanidad está muy cerca de poder detectar señales de vida extraterrestre. Al estudiar las atmósferas de los exoplanetas, podemos buscar gases como oxígeno y metano que solo coexistirán si fueran repostados por seres vivos. Pero esos gases pueden venir de formas simples como microbios. ¿Qué pasaría con las civilizaciones avanzadas? ¿Dejarían algunos signos detectables?
Sería posible, si arrojaran polución industrial a la atmósfera. Un nuevo estudio realizado por teóricos en el Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica (CfA) muestra que podríamos encontrar las huellas de ciertos contaminantes bajo condiciones ideales. Esto ofrecería una nueva forma de acercarnos en la búsqueda de inteligencia extraterrestre.
“Consideramos la polución industrial como un signo de vida inteligente, pero quizá civilizaciones más avanzadas que nosotros, con sus programas de búsqueda de inteligencia extraterrestre, considerarían la polución como un signo de vida no inteligente pues no es inteligente contaminar tu propio aire”, comentó el estudiante y autor principal del estudio de Harvard, Henry Lin.
“La gente generalmente se refiere a la inteligencia extraterrestre como ‘pequeños hombres verdes’, pero la inteligencia extraterrestre detectable por este método no debería ser etiquetada como ‘verde’, pues no serían amigos de su medio ambiente”, añadió el coautor Avi Loeb.
El equipo, que incluye al científico Gonzalo González Abad, del Smithsonian, encontró que el futuro telescopio espacial James Webb puede ser capaz de detectar dos tipos de clorofluorocarbonos (CFCs), químicos usados en solventes y aerosoles destructores del ozono. Calcularon que el telescopio puede detectar las señales de los CFCs si los niveles en la atmósfera son diez veces mayores que en la Tierra. Una particular civilización avanzada puede contaminar su planeta para generar un calentamiento global en caso que el planeta sea muy frío para soportar vida.
Hay una gran advertencia para este trabajo. El James Webb solo puede detectar contaminantes en un planeta similar a la Tierra orbitando una estrella enana blanca, que es lo que quedará de nuestro Sol cuando muera. Ese escenario maximizaría las señales atmosféricas. Encontrar polución en un planeta similar a la Tierra orbitando a una estrella similar al Sol requeriría un instrumento más avanzado que el James Webb, un telescopio de una nueva generación.
El equipo apunta que una enana blanca puede ser el mejor lugar para encontrar vida, aunque se consideraba lo contrario, debido a observaciones realizadas en planetas de ambientes similares. Esos planetas podrían haber sobrevivido a la hinchazón de sus estrellas moribundas durante sus fases como gigantes rojas, o pudieron formarse a partir del material derramado durante la agonía de las estrellas.
Mientras que la búsqueda por CFCs puede dar señas sobre la existencia de una civilización extraterrestre, también puede detectar los restos de una civilización que se aniquiló a sí misma. Algunos contaminantes duran hasta 50 mil años en la atmósfera de la Tierra, mientras que otros duran tan solo 10 años. Detectar moléculas de la categoría que vive por varios años, pero ninguna de la categoría que dura poco tiempo, indicaría que las fuentes estarían extintas.
“En ese caso, podríamos especular que los extraterrestres se concienciaron al respeto y limpiaron sus actos. O en un escenario más oscuro, podría servir como una señal de advertencia de los peligros de no ser buenos anfitriones en nuestro propio planeta”, dijo Loeb.
El trabajo ha sido aceptado para publicación en ‘The Astrophysical Journal’ y está disponible en la red.
Fuente: CfA