La nueva literatura en español
Por Nacho Lopez
Emergencias, doce cuentos
iberoamericanos (Candaya, 2013)
Jorge Carrión editor de Emergencias, doce cuentos iberoamericanos
El cuento que cierra la antología, de Àlex Oliva (Barcelona, 1974), cuenta con casi la totalidad de los tesoros que un lector espera de un cuento: se deja leer, sorprende e invita a la reflexión inmediata y a la rememoración posterior. Ambos cuentos narran consecuencias directas de la crisis económica en los protagonistas, pero sobre todo formas de actuar, modos psicológicos de responder al temor o la incertidumbre social. Si Galimany habla de cómo las circunstancias excepcionales del país o al menos las versiones de esas circunstancias excepcionales justifican los excesos y el abandono de la razón, Oliva nos pasea por las paredes de cartón del sueño edilicio español, nos cuenta una de las versiones de cómo lo nuevo, mal hecho, puede ir tomando ribetes fantasmagóricos hasta transformarse en una pesadilla. Ambos cuentos dan la impresión de poder ser intercambiables: el de Galimany podría transcurrir en el extrarradio barcelonés, mientras que la urbanización de Oliva podría ser construida en el conurbano bonaerense o rosarino. O tal vez ambos podrían suceder en la misma ciudad, uno veinte años después del otro, como si las coyunturas española y argentina fueran lo intercambiable, caras distintas de una misma rueda que a medida que gira va plasmando en un sitio y luego en otro realidades similares. Como si la realidad fuera eso.En todos los cuentos de la antología las distintas pantallas (fotos, redes sociales, videos, etc.) sirven si no de hilo conductor sí de recurso narrativo o de expresión de los protagonistas, pero es en los cuentos de Galimany y Oliva (sobre todo en el de éste último), donde la pantalla utilizada es la pantalla primigenia y ya a esta altura podríamos decir que anacrónica: la fotografía impresa.Es preciso mencionar el aporte difícil de encasillar en un género y un estilo de Mariana Font (Montevideo, 1977) con su cuento Las funciones de la boca. Demasiado breve, deja a este lector deseoso de disfrutar su futura obra, además de agradecido por la insólita utilización del apelativo turgente aplicado a un sustantivo que no sea el pecho femenino.Algo similar me ocurre con el cuento de Carlos Gámez Pérez (Barcelona, 1969) pero por distinto motivo. Ya había leído El cambio, un aparato futurista aparecido originalmente en Artefactos (Sloper, 2012), el conjunto de relatos que le valiera al autor barcelonés el IX concurso Cafè Món.Emergencias, doce cuentos iberoamericanos (Candaya, 2014)
El mexicano Eduardo Ruiz Sosa (Culiacán, 1983) accedió al máster académico del que surge esta antología luego de ganar la primera beca Han Nefkens. Al igual que ocurre con Gámez Pérez y Yannick García (Amposta, 1979) el cuento que aporta Ruiz Sosa a esta compilación, Gastón Tévez o la voluntad de marcharse, ya había sido publicado con anterioridad. Se trata de un texto verdaderamente prometedor que se vio correspondido meses después por la novela resultante de la beca a la que accedió el escritor mexicano. Anatomía de la memoria fue publicada por Candaya este año y ya ha recibido una vertiginosa cantidad de críticas positivas.Se puede decir de esta antología que no es exactamente generacional, hay casi veinte años de distancia entre el autor más joven y el más longevo. El hecho de ser producto de un máster universitario y lo que Carrión menciona en el prólogo acerca de la evolución de la pedagogía en la creación literaria, que antaño era más autodidacta o particular, que actualmente se ha sofisticado con la aparición de escuelas de escritura y la enseñanza desde las universidades, nos sirve para ubicar esta antología en un marco académico, perteneciente a una literatura que “se incorpora tardíamente a dinámicas que la música o las artes plásticas asumieron hace siglos”.Con edición y prólogo a cargo de Jorge Carrión, que es profesor y coordinador académico del Máster en Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, y un entrañable epílogo de Juan Villoro que incluye un decálogo y su relato de la experiencia educadora monterrosiana, Emergencias,doce cuentos iberoamericanos no sólo representa un puente narrativo entre dos regiones hermanadas a través de la literatura sino que también podría ser una especie de síntesis de la apuesta filosófica de una editorial como Candaya, que en diez años de vida empieza a dejar una marca fuerte en lo que se refiere a la relación fluida e insoslayable que existe entre las letras de España y Latinoamérica, poniendo los ojos, atentos y reflexivos, en lo que ocurre a un lado y a otro del océano. Y en lo que ocurre en el medio, por supuesto, también.