Revista Arte
Nunca valoraremos lo bastante una gesta tan fabulosa y heroica como la de la primera vuelta a la Tierra que realizó la Nao Victoria, una embarcación que un pueblo, un rey y una bandera llevaron más allá de lo que nunca antes nadie se había atrevido a navegar: toda proa hacia el oeste hasta regresar al punto de partida.
Desde este mismo muelle que ahora, casi quinientos años después, amarra orgulloso las jarcias de la Nao salieron los hombres que lo harían posible. Un día de septiembre de 1522 vieron aparecer incrédulos aquellos sevillanos del siglo XVI la única nave de las cinco que salieron de Sevilla el 10 de agosto de 1519. Al mando de la Nao se encontraba un extraordinario hombre y marinero: Juan Sebastián Elcano.
(Fotografía de la réplica de la Nao Victoria, atracada en el puerto fluvial de la ciudad de Sevilla, España.)
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