Hay una opción alternativa a los pañales tradicionales y son los pañales ecológicos. No me refiero a los de tela reutilizables (que no los he probado porque lavar a mano no es lo mío), sino a los desechables ecológicos, como los pañales Pingo, mejores para el planeta y para el bebé. ¿Habías oído hablar de esta alternativa? En casa los hemos probado y nos han convencido desde el primer minuto.
Tanto, que sorteamos una caja de dos paquetes al final del post para que alguien más pueda probarlos.
Son ecológicos porque para hacerlos se necesitan menos recursos y emplean materiales muy suaves, sin tratamientos químicos agresivos. No llevan cloro, perfume, ni PVC. Por supuesto, no tienen parabenos. De hecho, pueden ser utilizados por niños con dermatitis atópica e incluso por personas con sensibilidad química múltiple, porque la piel del bebé no está en contacto con ningún químico nocivo. Son más suaves y blancos que otros (a pesar de que están blanqueados con agua oxigenada)
Son pañales que abrazan muy bien al bebé, amplios y altos y esto evita muchos escapes. Además, esto les hace más cómodos, incluso en la cintura, donde a veces, y si apretamos mucho, suelen quedar marcas rojas. Yo he probado con la pequeña la talla 4 y nos han funcionado muy muy bien.
Lo que más me ha sorprendido y convencido de estos pañales es su extrema suavidad. Sin duda, son los más suaves y sedosos que he probado nunca y eso se tiene que notar en el culito del bebé. Los hemos usado en periodo de dermatitis y ésta ha mejorado y también por las noches, cuando está más horas sin cambiar. Son pañales que aguantan perfectamente secos 12 horas (y más, comprobado en nuestra casa) y que evitan irritaciones y rojeces en la piel.
En esta imagen aparecen los pañales Pingo a la derecha y los de Dodot a la izquierda (Activity) Como se ve, así puestos de perfil son más blancos y del mismo tamaño que los otros. La suavidad no traspasa la pantalla, pero se nota enseguida.
Su desventaja está en el precio, son más caros que otras marcas, pero yo lo veo como una inversión para niños con problemas de dermatitis o piel sensible. A diferencia del mayor, mi hija solía tener temporadas con el culito muy mal, incluso en carne viva, pero lo hemos atajado con cremas de pasta al agua y estos pañales. Tampoco es mala idea, si se quiere contener el gasto, combinarlos con otros y reservar estos pañales para la noche, usando unos más económicos para el resto del día. Y si no, he encontrado una página web, Nappy, en la que los venden a un precio mucho más económico (se venden también en farmacias, tiendas ecológicas y en establecimientos de crianza o puericultura).
Para que alguien más pueda probarlos, sorteamos una caja con dos paquetes entre los lectores del blog. ¿Quieres que te llegue un envío de pañales de la talla que elijas? Sólo tienes que dejar un comentario en este post diciendo que participas antes del 21 de diciembre, así de fácil.
Anunciaré el ganador del sorteo el próximo día 22. Si no toca la lotería, al menos pueden tocarte más fácilmente una caja de pañales, ¿te apuntas? Y si quieres, después de un mes usándolos me cuentas qué tal te han ido y si te han gustado. Yo creo que sí 😉