Hace veinticinco años los artistas Catalina King y Wayne Adams llegaron a la conclusión que nunca tendrían un ingreso suficiente para pagar bienes raíces por lo que tomaron una decisión bastante radical: construirían una isla. Actualmente amarrada en la costa de la isla de Vancouver a unos 45 minutos en barco a la ciudad más cercana, su casa flotante en expansión se llama "Freedom Cove."
La isla completamente móvil está hecha de 12 secciones atadas que incorpora cuatro invernaderos, cuartos de estar, una cocina, taller, galería de arte, un faro e incluso una pista de baile. Adams estima que la estructura pesa alrededor de 500 toneladas (un millón de libras) y dice que todo se construyó con un serrucho y un martillo sin ayuda de herramientas eléctricas. En este breve clip de Great Big Story podemos echar un vistazo dentro de esta residencia sumamente inusual.
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