Una de las funciones de la publicidad es la de intentar cambiar la conducta de la sociedad, y lamentablemente resulta complicadísimo llegarlo a conseguir. Cientos son los mensajes que nos han llegado para que no bebamos si vamos a coger el coche, para que no corramos en tramos peligrosos o para que respetemos las señales de tráfico, pero siempre hay que ir innovando ya que acabamos por hacernos inmunes a este tipo de consejos.
Por eso los creativos no paran de darle vueltas a la forma de transmitir siempre el mismo mensaje, y esta vez desde la DGT de Nueva Zelanda la han clavado en su nuevo spot para concienciar a los ciudadanos de que no está bien eso de chafar el acelerador más de lo permitido, porque aunque nosotros creamos que lo tenemos todo bajo control, siempre nos podemos encontrar a algún conductor que puede cometer un mínimo error por el que puede llevarnos a la muerte.
En esta gran campaña vemos a dos vehículos a punto de colisionarse, pero en un momento dado la escena se detiene y ambos conductores pueden bajar de sus coches para charlar sobre lo que está a punto de suceder. Como no podía ser menos en estas situaciones, un final trágico es lo que nos espera en los últimos segundos del spot.