Al final el consumo eléctrico ha sido uno de los indicadores que se ha ido utilizando para poder valorar el éxito o no de la huelga. No solo un menda, sino que Economistas contra la crisis, o la prensa escrita. Con otra metodología (creo que equivocada) también Kiko Llaneras. Excepto este último, el resto encuentra y encontramos que la caída del consumo eléctrico es superior a la de la huelga general del 2010, lo cuál indica que la huelga ha afectado más a la economía productiva.
La conclusión de este indicador que coincide con muchos “datos proxy”, como puede ser la menor incidencia de problemas de tráfico en ciudades como Madrid o Barcelona a pesar de que hubo muchas más manifestaciones y grupos de piquetes ciudadanos que cortaron vías básicas o se hicieron bicicletadas, marchas lentas, etc.. que en el 2010. Por ejemplo en hora punta en Barcelona llegaron a haber 6 vías básicas de acceso a la ciudad cortadas por estas acciones, como Gran Vía, las dos Rondas, uno de los accesos sur de la ciudad y la principal vía de entrada desde Badalona. Más allá de que estas vías estuvieran total o parcialmente cortadas en algunos tramos, los datos de Trànsit no indicaban ni tan siquiera tráfico denso en el resto de vías, o en los tramos utilizables de estas otras o en los accesos a la ciudad. Hay que sumar los datos que han ido dando los delegados empresa a empresa (este es el único dato proxy de los que ofrezco que no podéis cotejar y tenéis que fiaros de mí o preguntar a muchos sindicalistas), el visible seguimiento del comercio en algunos barrios (Raval, Ciutat Vella, Sants, Nou Barris) que en el 2010 estaban abiertos, o que en Mercabarna no hubiera ni un solo camión que quisiera entrar. La participación claramente superior en sectores donde se pinchó en el 2010 como el educativo o el sector público, el incremento de más empresas del sector servicio de tamaño mediano que se sumaron a la huelga (T-Systems, Konecta BTO, etc.) que tuvieron más seguimiento que en el 2010 es un dato proxy adicional. Uno aún más significativo es que ATA reconozca que han hecho huelga 600.000 autónomos (nunca ha reconocido ni 50.000) ya es un indicador claro de que la huelga es más fuerte. El hecho es que la gran mayoría de análisis del consumo eléctrico es coincidente con estos datos proxy, los cuales cito unos pocos. Cuando el dato cuantitativo se parece en algo al dato cualitativo es que la metodología es la correcta, o como mínimo es plausible.
Por tanto daremos como buena que la comparación de consumo de Jueves a Jueves y Jueves a Domingo es un indicador robusto para valorar el éxito relativo de una huelga. Según este dato como ya lo sabíamos, esta huelga había tenido más incidencia que en el 2010, y al parecer un poquito mejor que la del 2002. Esta última afirmación la prefiero pillar con pinzas ya que la estructura de consumo y económica es algo distinta. Es verdad que el método elimina problemas de estacionalidad o de organización de trabajo que generaría ruido estadístico y que ayuda a diferenciar el consumo urbano, el privado o el subyacente (las nucleares no se pueden apagar y consumen electricidad, los hospitales no dejan de tener encendido todo sus aparatos eléctricos, etc..), pero del 2002 al 2012 ya hay suficientes cambios en la estructura de uso de la electricidad que hacen los datos no tan comparables. Por ejemplo, en el 2002 no todos los trabajadores de oficinas y despachos tenían ordenadores e internet, pero a su vez, la mayor parte de los monitores consumían mucho más que los actuables. A la larga en general tendemos a una economía más consumidora de electricidad sobretodo en el consumo privado y a la vez las grandes industrias son más eficientes en el consumo de esta. Por tanto los datos de que “se ha consumido un poco, muy poco, menos de energía eléctrica que en el 2002″ y por tanto la huelga ha sido un poco más seguida lo dejo en suspenso, la variación entre una y otra es tan pequeño que pequeños cambios de estructura económica y consumo puede explicar esa variación y no la mayor o menor incidencia de la huelga. Hacer ya comparaciones no con el consumo real de la semana anterior al dia de huelga y el domingo sino con el previsto, donde el operador hace su cálculo particular de la incidencia de la huelga con respecto a un día laborable, y con huelgas más antiguas donde la estructura productiva y con un peso menor de la población empleada o activa que en el 2012 es ya algo más parecido a la cábala que al intento de tener un indicador con cierta utilidad para valorar el éxito relativo de las huelgas.
Nota aclaratoria: La metodología que he utilizado yo y que coincide con la de Economistas contra la crisis y la que al final ha cuajado con más fuerza entre los medios de comunicación la he escogido antes de los datos de consumo, es decir no es una elección de cherry picking en el que he comparado varias metodologías hasta obtener el resultado querido. Es la misma que utilicé en el 2010 y la comencé a utilizar ya a partir de las 22:00h del 28 cuando comienza el primer turno de la huelga general.