Una torre en una pequeña aldea polaca utiliza el poder de una campana sagrada para alejar a espíritus traviesos del tiempo.
La tradición narrativa del sur de Polonia tiene una forma de romper creencias cristianas, míticas, folclóricas y paganas. Añadiendo algunos patrones climáticos impredecibles y un concurso entre Dios y el diablo, y una leyenda más cautivante se puede encontrar en un campanario de pie en un campo en el pequeño pueblo de Koniówka.
El pueblo se encuentra en el altiplano polaco del sur conocido como el "Podhale", y en la curva de la carretera principal hay una torre de madera con un altar y santuario dentro. En la parte superior está una campana sagrada que se toca para alejar al siniestro Pannetnicy: los espíritus de los demonios de la nube.
La leyenda es de origen eslavo, y cuenta una época en la que Dios y el Diablo estaban teniendo un pequeño concurso de lanzamiento de piedras. Cuando Dios arrojó sus piedras, tres veces seguidas, él produjo ángeles cuando llegaron al suelo, pero cuando el Diablo lo probó todo lo que pudo hacer fue romper la roca. Lo intentó de nuevo, y esta vez creó el Płanetnicy.
El diablo estaba furioso por haber sido derrotado por la creación de ángeles tan hermosos, pero Dios tuvo compasión de las criaturas del diablo. En lugar de condenarlos al Infierno, los liberó a los cielos y les dio la habilidad de controlar el tiempo. Se sabía que comían humo, encendían fuegos y lanzaban relámpagos. Si venían a la tierra para causar un pequeño estrago, podían subir por los arco iris de vuelta a su hogar en las nubes.
Los Pannetnicy eran totalmente impredecibles y notoriamente difíciles de complacer, así que para mantener a raya la peor parte de su mal tiempo, las ciudades y aldeas construirían estas altas torres. Cuando una tormenta se acercaba, la campana se disparaba salvajemente en un esfuerzo por alejar a los demonios de la nube.
El campanario original en Koniówka databa de cientos de años, pero en 2008 fue quemado gravemente en un incendio causado por algunas velas dejadas desatendidas en el altar. Peor aún, el calor del fuego, seguido de un chorro de agua fría en el metal caliente agrietó la campana, haciéndola inútil. Los aldeanos se reunieron y reconstruyeron, haciendo una réplica casi exacta del original con una campana recién forjada, todos re-bendito en una misa al aire libre. Se añadió algo de latín para asegurarse de que estaba claro para qué era la torre: Fulga frange- "El rompedor de relámpagos".
Atlas oscura