Revista Coaching

"Una persona amable es aquella que escucha con una sonrisa lo que ya sabe, de labios de alguien que no lo sabe".

Por Ignacionovo
(FLASHBACK ENERO 2010) Autor: Alfred Capus. Hoy pretendo dedicar el comentario a las personas amables por naturaleza. Las que contribuyen con su cordial actitud y risueña forma de ser a hacer de este mundo un espacio bastante más habitable.
Los comportamientos afables merecen alabanza en cualquier caso, pero más aún, cuando vas tropezando cada día con un tipo de persona muy concreto,  capaz de pasear por la vida con el ceño permanentemente fruncido y a los que resulta imposible arrancar una sonrisa (aunque haya motivo para ello) porque su esencia es estar enfadados y demostrarlo con el gesto y la actitud. Almas que parecen vivir en permanente funeral.
Resulta frustrante que siendo la sonrisa tan accesible y barata (cuesta menos que la electricidad, aún dando más luz, según el proverbio) algunos la empleen con tanta usura. Y eso en el mejor de los casos, porque yendo al extremo, también los hay que ni siquiera devuelven un saludo o son incapaces de tener un ademán caritativo, elegante, educado, humano en definitiva, con los demás.
En fin, que lo que te sale en momentos así y ante ese tipo de gente, es la negación eterna del saludo y correr para escapar de ellos en la medida que podamos. Sin embargo, creo que eso no haría más que reforzar su tesis de que todo el mundo se comporta de manera similar a ellos y siguen su misma grosera conducta. Por lo tanto, (haz lo que quieras, obviamente), pero yo trataría de no negar nunca a nadie un saludo o una sonrisa, prescindiendo de tener en cuenta si rebota o no del otro lado...
Por último, una especial consideración a todos los trabajadores que por las características de su tarea, están además obligados a sonreír; estoy pensando en aquellos que prestan un servicio tras un mostrador o reciben las quejas de clientes furibundos presencial o telefónicamente. Y es que resulta conmovedor que alguien que está todo el santo día lidiando con los demás y atendiendo sus problemas, caprichos, neuras o rarezas, sea un profesional, amable y dispuesto que no pierde la compostura.
Reflexión final: Mi admiración por tanto, como decía al principio, a toda aquella persona que es amable... y lo demuestra. Para Henry James, ser amable era una de las tres cosas más importantes en la vida. ¿Las otras dos?... ser amable la segunda y ser amable la tercera.
Seguimos en el Grupo de "Frases" en Facebook. En él compartimos y comentamos juntos más ideas.



Volver a la Portada de Logo Paperblog