La obsesión por el dominio del medio natural nos ha hecho muy famosos entre los animales que habitamos este planeta. Queremos controlar todo, hasta lo a simple vista inmóvil; normal que nuestros frutales teman esta época de poda, donde los cortes dramáticos de ramas se suceden sin rigor, sin reflexión, sin observación anterior, es más, la gran mayoría de las veces ni nos paramos a pensar las necesidades de árbol en cuestión; si es de pie franco, enano, floribundo, macho, hembra, hermafrodita, injertado..., simplemente cortar y cortar porque según nos dicen si obramos así el fruto será más grande y madurara mejor. En efecto, ¡que razón tienen!, pero hasta ahí. Toda acción ocasiona una reacción, y esta se define en falta de calidad bromatológica (nutrientes) y organoléptica ( sabor, gusto, tacto, etc) y menos esperanza de vida. Si sometemos a comparación estos frutales de diseño con ese frutal bien cuidado y respetado, equilibrado y sano, sin hongos, apenas sometido a tratamientos criptogámicos e insecticidas y por supuesto ausente del "estrés" provocado por esa poda anual tan rigurosa y desestabilizante, la conclusión es obvia; mientras la poda extrema nos oferta fruta grande y estereotipada, con mucha cantidad de agua, sin sabor, ni olor y con deficiencia de nutrientes, el frutal mimado, ayudado a eliminar ramas viejas, chupones excesivos y desequilibrantes y una posible carga central excesiva de ramaje, nos oferta fruta más pequeña, de alta calidad biológica que resiste al almacenaje anual y nos ofrece fruta perfecta para degustar todo el año y posiblemente, si todo va bien,el hijo del hijo de nuestro hijo las deguste también.
Y después de todo esto,¿que os parece ir un pasito más allá?: FRUTICULTURA SIN PODA
Atrayente idea, ¿verdad?, yo me apunto.
Nos vemos en otra,
Hasta la vista.
Ion
Manzano sin podar, con habas al pie
como fijadoras de nitrógeno
Plantación de frutales variados sin podar