Revista Opinión

Una pregunta que me ronda

Publicado el 05 enero 2012 por Javierm

Desde el principio de la crisis había dos parámetros que se han venido repitiendo como un mantra.

El primero, que había que cumplir con las reducciones de déficit que han impuesto los mismos que han generado la crisis. Por esta vía se han conseguidos dos cosas: la primera una reducción brutal hasta prácticamente dejar como testimonial cualquier inversión pública tendente a amortiguar, desde lo público, el ciclo de crisis en la inversión privada. La segunda, que por imposición de los mismos chantajistas que predican el cumplimiento a rajatabla del déficit, se haya constitucionalizado ese principio, mandando para siempre (o hasta que seamos capaces de reformar de nuevo la Constitución) a tomar por saco cualquier atisbo de política keynesiana.

Y todo esto con la magistral ayuda de un partido mal llamado socialdemócrata.

El segundo parámetro era que ante la imposibilidad de devaluar la moneda al carecer de los instrumentos necesarios por haber delegado nuestra política monetaria en entelequias europeas que sólo responden ante Alemania y sus bancos, la opción era devaluar los salarios. Y en ello se están afanando cumplidamente. Desde aquel primer recorte de salarios de los trabajadores públicos de 2010 del psoe, sus sucesivas congelaciones, hasta los próximos recortes anunciados y aprobados por las autonomías gobernadas por el PP y otras derechas. Esto también se ha trasladado (como es lógico) al ámbito privado, por lo que nos espera un 2012 con menos salario que (en el mejor de los casos) 2011, pero puede que para algunos el retroceso sea de muchos años más.

Y todo esto que yo me planteo se va a hacer, al parecer, con un próximo acuerdo de las principales centrales sindicales, que aceptan una “moderación” salarial (pérdida real de salario comparada con el IPC) a cambio de un ficticio mantenimiento del empleo, cuyo compromiso ni existe ni se le espera, a tenor de las cifras de como evoluciona el paro en este país.

Y entonces, jodido de mí, es cuando me ronda la preguntita de estos días. Si los sindicatos son incapaces de oponerse a las políticas más regresivas de la historia reciente contra los derechos de los trabajadores, si son incapaces de frenar la sangría laboral y las podas que se están produciendo en todos los ámbitos, pero también paradójicamente en la administración pública que es donde parecían más sólidos, y si encima van a pactar una pérdida brutal en el salario a cambio de nada y una devaluación de derechos, sin resistencia, sin una huelguita al menos, cuando precisamente cualquier economista de izquierdas aconsejaría que para salir de la crisis se tuvieran en cuenta otras políticas de incremento de salarios para animar el consumo…

… ¿hacia donde va este sindicalismo?

Y esto por ser suave. Digo.

 

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