Pocas horas antes de la aprobación de la Reforma Laboral más dura y agresiva con los derechos de los trabajadores, ministros del Partido Popular se jactaban de que la reforma iba a ser “amplia!, “profunda”, “útil” y “equilibrada“. El resultado de la reforma no puede ser más brutal para los derechos de los trabajadores. Suprime tantos derechos que deja al trabajador en una situación de desamparo ante el empresario que uno empieza a recordar tiempos muy lejanos.
Tenía razón De Guindos: la letra pequeña de la reforma que ayer se callaron Soraya y la ministra del ramo, es agresiva. Yo la calificaría con otro adjetivo: la reforma laboral es violenta. Violenta con los trabajadores.
Violenta porque no sólo generaliza los 20 días de indemnización por despido, abaratandolo hasta la ridiculez, sino que introduce elementos que precisamente persigue obviar cualquier indeminzación e implantar el paraíso de la CEOE: el despido libre y gratuíto. Sólo así se entiende un contrato con prueba de un año en el que no hay indemnización cuando te echen a la puta calle.
Introduce el salvajismo en las relaciones laborales al permitir que los empresarios te modifiquen unilateralmente el salario dándote la opción de acogerte al despido de 20 días si no aceptas. Facilita los descuelgues de convenios, facilita el despido colectivo sin que sea necesaria la autorización de la administración, equipara las ETT con los servicios de empleo, obliga a los parados a realizar “prestaciones a la comunidad”, etc, etc, etc… Un conjunto de medidas que significan una agresión brutal y sin precedentes a los derechos de los trabajadores, que ya de por si vienen sufriendo, reforma tras reforma, toda una merma en los derechos conquistados.
La reforma que se pretende aprobar es injusta porque, junto con el paquete reformista que este gobierno de derecha extrema ha iniciado, culpa a los trabajadores de la crisis y sitúa la salida de la misma en base a una devaluación sin parangón de sus derechos y de su calidad de vida, mientras que los verdaderos culpables de esta situación siguen sin sufrir sacrificio alguno y siguen imponiendo sus recetas fracasadas lo que hace la situación, sin duda, inmoral.
No. Los trabajadores de esta país, de esta Europa, no somos los culpables de un capitalismo salvaje, especulador y desregulado, que amenaza con cambiar las bases de nuestra sociedad. Pero seremos culpables de nuestra situación si no somos capaces de pararles los pies a estos canallas que juegan con el futuro nuestro y de nuestros hijos como si fueran bonos basura.
El futuro es violento. Nos lo jugamos en la calle. Pero ante esta agresión a los trabajadores hay que contestarles con unidad y llenando las calles. Y si la reforma ha sido “agresiva”, que la respuesta esté en la misma línea.
Así que ya les anuncio que este blog y su autor está en lucha. A por el #19F y a por una Huelga General.
Aquí la Reforma del Despido.(pdf)
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