¿Quién ha dicho que sólo puedes revisar el año pasado durante la primera semana del nuevo año? Nunca es mal momento para aprender del pasado, y de paso conocerte un poquito mejor. Y mientras la mayoría de las revisiones se refieren a tu agenda, tus actividades y tus objetivos, hoy es el momento de dedicarte a tus inversiones, o, para utilizar una palabra más popular: tus gastos.
Aunque en realidad prefiero la palabra inversiones. Gastos tiene un aire de negativo, mientras inversiones denota de que cada vez que pagas por algo estás tomando una decisión basada en tus valores. Te has decidido de apoyar un tipo de negocio y no otro, de dedicar tus recursos finitos en una actividad y no en otra. Revisar estas decisiones te permite revivir las emociones relacionadas con las compras - y compararlos con la satisfacción a largo plazo que te proporcionaron.
Gastos que repetirías vs gastos que no valieron la pena
Lo primero que necesitas para esta revisión diferente es una lista (más o menos completa) de tus compras de los últimos seis o doce meses. Un extracto de tu cuenta bancaria, de tu tarjeta y/o de tu cuenta de PayPal (si vives online) en combinación con tus anotaciones personales (si de alguna forma haces un seguimiento de los gastos en efectivo) son un buen inicio.
Ahora necesitas un rincón tranquilo, un boli (o fosforito) verde y uno rojo, y un poco de tiempo. Revisa tus inversiones del pasado una por una e intenta recordar cómo te sentiste a la hora de la compra para después compararlo con tu satisfacción actual con esta decisión. Quizás te hizo mucha ilusión comprar aquel vestido de fiesta, pero ahora te das cuenta que te lo pusiste una única vez. O tal vez descubres el nombre del restaurante donde fuiste a comer con una amiga hace meses y que había sido tan bueno que querías repetirlo con otra amiga... sólo que lo olvidaste.
Lógicamente que también habrá muchos gastos neutros - o porque entiendes que son necesarias o porque no hay otra (comida, impuestos). Eso sí, marca en rojo aquellas inversiones que hoy te parecen un error y marca en verde aquellas que han cumplido las expectativas con creces.
Aprendizajes: ¿qué cambiarás de cara al futuro?
Al final de la revisión acabarás con unas hojas llenas de rayas verdes y rojas. Ojalá que haya más inversiones satisfactorias que gastos "erróneos". Sea cual sea la distribución, ahora te toca mirar primero solo las inversiones verdes y después todas las rojas.
¿Existe algún hilo conductor entre los diferentes tipos de inversión? ¿Qué actividades o compras te han dado placer - al momento y a largo plazo? ¿Qué gastos no han cumplido lo que comprometieron en el momento de la compra? ¿Existen quizás cosas que puedes automatizar - incluyéndolas en tu agenda en intervalos prudentes o cancelando alguna suscripción que no utilizas nunca? ¿Si tú fueras tu propia auditora, qué te recomendarías?
Yo te recomiendo que hagas este ejercicio cada tres meses - verás que tu conciencia y con ello tu satisfacción con tus propias finanzas aumentará bastante.