Y tras este parón primaveral (por la época del año, que desde luego no por la meteorología) volvemos a la actividad bloguera.
Vamos a retomar los post de viajes para contar nuestro paseillo por la capital francesa y volveremos con más recetas al terminar el viaje.
Empecemos por el principio.
LOS PREPARATIVOS
Básicamente lo que había que preparar era cómo llegar (y cómo volver) y buscar un rinconcito donde caer rendido al final de cada jornada, porque el resto viene casi solo. Hay tantas cosas que hacer y ver en París que no hace falta mucha planificación, ¡los paseos salen solos!
Como llegar y volver
Como la semana santa amenazaba huelga de iberia, decidimos optar por viajar en tren hasta París. ¡Sí! Parece una locura, sobre todo teniendo en cuenta que partimos del sur de España, pero no queríamos arriesgarnos a quedarnos en tierra como ya nos pasó con la huelga de controladores. Y la verdad es que si tuviera que hacerlo otra vez, lo haría igual. Para viajar a París en tren no hay que estar 2 horas antes en la estación preparado para pasar veintemil controles de seguridad, tener que tirar tu botellita de agua o rallarte con si llevas una navaja para los bocadillos o las tijerillas de las uñas.
En tren llegas a la estación 30 minutos antes, vas directamente al andén, te sientas en tu asiento con tu maleta a la vista (sin tener que pagar extra por llevarla) y punto. Te dan agua, gafas para la luz, tapones para los oídos y tienes espacio para estirar las piernas, y reclinar casi totalmente el asiento sin molestar ni de lejos a la persona de atrás.
Estación de trenes en Poitiers
Podíamos haber viajado aún más barato en CAMAS, pero eran habitaciones separadas por sexo y no queríamos estar las 15 horas de viaje de Madrid a París separados por a saber cuantos vagones. El billete en los asiento superreclinables valía 20€ más, pero así íbamos juntitos. :) También estaba la opción de comprar unos billetes en cama en camarote de 2 pero el precio su subía una barbaridad. Finalmente por persona nos costó la ida 119€ con la tarifa DUO. Es verdad que el tren es ruidoso (aunque yo no hice uso de los tapones) y que son muchas horas, pero gran parte de ellas las pasas durmiendo, y lo bueno es que cuando amanece estás en mitad interminables campos con minúsculos pueblitos preciosos y aunque el sueño apriete dan ganas de luchar por no cerrar los ojos y disfrutar del paisaje.
Estación de Austerlitz. París.
Para la vuelta ya no había riesgo de huelga, (y si lo hubiera nos perdíamos el primer día de curro, no de viaje, jajaja) así que decidimos ajustar la vuelta a tope y volar directamente a Granada desde París (Orly). El vuelo tenía una escala de una hora escasa en Barcelona. Lo justo para cambiar de una puerta a otra, estirar las piernas (ya que los aviones de Vueling son ESTRECHOS) y volver a embarcar. El vuelo de vuelta por persona salió un poco más caro que el tren. 177€ por persona, más una maleta cada uno que finalmente tuvimos que comprar, porque el tiempo nos obligó a llevar jerseys gruesos y ropa de mucho abrigo.
Las conexiones con Orly no son malas, teniendo en cuenta que era domingo y fiesta nacional, pudimos coger un metro y luego un RER hasta Antony a las 6.30 de la mañana sin problema. Lo único malo son los 9€ por la cara que hay que pagar por persona para el tren sin conductor que une Antony con Orly (el llamado Orlyval) por un viaje de 10 minutos… ¡un robo! Pero bueno, es lo que hay, en otros países te obligan a pagar cuando sales del país, pues te lo tomas como un impuesto más, y pa’lante.
Alojamiento
Woodstock Hostel. Montmartre. Paris.
Para variar, nos hemos alojado en un hostel, en dormitorio compartido con 4 personas más. Se trata del Woodstock hostel. El sitio en cuestión no puede estar mejor situado. En pleno barrio de Montmartre, a un paseo corto del Sacre Coeur y a 5 minutos andando de la parada de metro de Anvers (linea 2). Queríamos una habitación doble, pero la misma tarde que íbamos a reservar la habitación, se acabó la disponibilidad, y finalmente solo pudimos reservar dos literas en un dorm. El hostel en general está bien. Pero las instalaciones son demasiado pequeñas para la cantidad de gente que se puede juntar en las zonas comunes en un momento. Un solo baño y una sola ducha por planta es insuficiente, (aunque realmente no tuvimos problemas de espera) pero sí que se ensucian a una velocidad de vértigo (y nosotros no somos muy tiquismiquis). La cocina está bien (dentro de lo cutre) pero solo DOS FUEGOS para todo el hostel es del todo insuficiente. ¡Imaginaros las colas para hervir pasta a las 9 de la noche! Pero bueno, se trata de controlar un poco los horarios de la gente y cenar más tarde o más temprano.
Common room del Woodstock hostel.
Otra cosa que puede ser un inconveniente es el lockout que hay entre las 11 y las 15 de la tarde para limpiar habitaciones, aunque a nosotros no nos afectó mucho porque estábamos toooodo el día pateando París. Tan solo el último día que compramos unos regalos, quisimos dejarlos en la habitación para no cargarlos todo el día y no pudimos subir. Pero nos los guardaron en recepción y sin problema. En la recepción puedes dejar cosas de valor que no quieras dejar en la habitación, (como el portátil) Y a parte en la habitación hay unos minilockers gratuitos que cierras tú mismo con una contraseña. (Para el móvil, las llaves, etc)
En total nos hemos gastado por persona por 6 noches de alojamiento 131€. ¡Ah! Y muy importante CON DESAYUNO INCLUIDO! ¡No está mal para estar en pleno Montmartre!
Escaleras del Woodstock hostel Parada de metro de Anvers. A menos de 5 min del Woodstock hostel.La verdad es que a pesar de la sensación de estrechez, si volviéramos a París, quizá nos alojaríamos de nuevo en el mismo hostel, aunque intentaríamos sin duda conseguir un cuarto para dos, porque la diferencia de precio por noche (y personas) son….3 euros!
Para movernos por París.
Para movernos por París compramos un NaviGo de 3 zonas para una semana. (Realmente con 1 o 2 zonas te ves todo París, pero así ya teníamos forma de llegar hasta Antony para coger el Orlyval el último día. Una rallada menos.) Hace falta una fotografía y cuesta 25€ más 5€ por la tarjetita en sí. (Cuanto menos zonas, más barato). El NaviGo te permite tomar todos los metros, autobuses, y RER con un número ilimitado de viajes, perfecto si vas a estar una semana de acá para allá. Eso nos permitía estar en el arco del triunfo haciendo de guiris, pero rodeados de sitios pijísimos y con un metrazo y un RER plantarnos en el Latin Quarter a beber pintas baratitas y comer crêpes recien hechos por 3€, y de nuevo otro metrazo hasta el hostel, o a donde quisiéramos.
Y esto es todo por el momento. Mañana empezamos la excursión de verdad, así que id calentando las piernas y poneros un calzado cómodo ¡que nos vamos de paseo por París!