Revista Cultura y Ocio

Una tumba sin nombre

Publicado el 01 junio 2011 por Deperez5


El escritor argentino Fernando Gril presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid su libro “Una tumba sin nombre”, en el que rescata la figura del dirigente estudiantil cubano Pedro Luis Boitel, fallecido en prisión en 1972 tras 53 días en huelga de hambre.
Una tumba sin nombreMientras estudiaba en la Universidad de la Habana, Pedro Luis Boitel, nacido en 1931, fue forzado a exiliarse en Venezuela por su oposición al gobierno de Fulgencio Batista.
En Caracas colaboró desde una estación de radio clandestina con Rómulo Betancourt, quien procuraba derrocar al gobierno militar de Marcos Pérez Jiménez. Al retornar a Cuba, Boitel reanudó sus estudios en la Universidad de la Habana y en 1959 fue postulado para la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) por el Movimiento 26 de Julio, pero debido a su rechazo a las ideas comunistas, los hermanos Castro y los demás líderes revolucionarios le quitaron su respaldo.
Decepcionado por el curso que tomaba el castrismo, Boitel formó una organización política, El Movimiento para Recuperar la Revolución (MRR), lo que motivó su detención en 1961 y la condena a diez años de prisión, acusado de conspirar contra el Estado.
Estando ya encarcelado, y a pesar de la apelación presentada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se le imputaron cargos adicionales para extender la sentencia; luego, el pedido de autorización para abandonar Cuba fue rechazado y el 3 de abril de 1972 Boitel se declaró en huelga de hambre, para morir el 25 de mayo siguiente, a los 29 años, después de 53 días sin asistencia médica e ingiriendo solamente líquidos.
Sus últimos días se conocieron a través del relato de uno de sus amigos, el poeta Armando Valladares; tres días después de su muerte, los servicios de seguridad cubanos informaron a la madre de Boitel que su hijo ocupaba una tumba sin nombre, ubicada en el Cementerio de Colón, La Habana.

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