

Lo más escalofriante del filme llega con las previsiones a corto plazo: sequías, olas de calor, cambios climáticos, inundaciones, tornados... Aunque Al Gore lleva realizando esta labor desde 1989, es ahora con la película como se ha difundido más rápidamente su mensaje. Y es ahora cuando más personas han comprendido la importancia de la implicación real de los gobiernos en la solución a este gravísimo problema. El papel que Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, juega en todo ello es esencial, aunque, como Al Gore ha reconocido miles de veces, es uno de los que más perjudica el medio ambiente. Una verdad incómoda combina las imágenes de lo que ya se conoce como el "espectáculo itinerante del calentamiento global" con otras relacionadas con la vida de Al Gore, y sirve al objetivo del ex vicepresidente, al tiempo que dibuja un retrato personal suyo. La película permite conocer la vida de este hombre que abandonó la carrera política tras las elecciones del año 2000, que se clausuraron con la intervención de la justicia, y volvió a una tarea en la que se había iniciado en sus años más idealistas de la universidad, la medioambiental.

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