El pasado 30 de junio y tras pasar unos días en Ourense me acerqué para mi anual visita a Santiago de Compostela, que siempre terminan siendo dos o tres, y os subo unas fotos para compartir con vosotros mi corta experiencia, pues fueron menos de 24 horas las que allí pasé. Como podéis ver la fachada de poniente está casi totalmente cubierta de andamios pero tiene muchas cosas interesantes Compostela. Veamos alguna.
Lo primero que suelo hacer al llegar a esta ciudad es callejear por mis rincones favoritos, siempre hay algo interesante que ver y comentar. Muchos peregrinos ataviados a la moderna manera.
Muchos peregrinos entrando en la catedral, este año aprovechando que han abierto la Puerta Santa, y para mi sorpresa les dejaban entrar con la mochila y el palito. En fin, hay que saludar y abrazar al Patrón.
Después la bajada a la Plaza del Obradoiro, para completar la vuelta nada mejor que tomar un vino blanco en la Rúa Raiña y después buscar un sitio para comer en la atestada ciudad.
Rúa do Franco.
Un refresco tras la comida y aprovechar para escribir un poco aprovechando que hacía un día caluroso y soleado antes de dormir una buena siesta.
Cuando baja el sol me gusta volver al entorno de la catedral y sentarme en un banco de piedra en la Plaza de los Vivos contemplando la atestada Plaza de los Muertos y las excursiones que vienen y van de un sitio a otro.
Pocos reparan esta placa del año 1700, pero siendo hoy la Fiesta de Santiago os la pongo para que la próxima vez en ella reparéis.
Cada cual tendrá sus rincones secretos en Compostela pero yo no tengo empacho en mostraros el mío y ya podréis suponer a que voy por allí una y otra vez.
Es la Plaza de Cervantes, para quienes no conozcan la ciudad.
Después me gusta tomar unos vinos por la zona y leer los mensajes que los peregrinos han dejado tras terminar su largo camino y penitencia personal. Algunos son bastante curiosos. Al día siguiente tenía que volver a casa por cuestiones familiares pero tal vez antes de que termine el año regrese una vez más a Santiago de Compostela, ¿y vosotros?
¿Y luego?Daniel Paniagua Díez