Muchas veces los edificios de viviendas se asemejan a zoológicos de wi-fi pues el aire desborda de especies tan exóticas como Monisín, No te enxufes, Arris, o Landau, por citar algunos rocambolescos ejemplos. Desde luego, el patio de nombrecitos con los que los usuarios bautizan a sus redes es ameno y divertido, y, por supuesto, todas andan amuralladas con sus correspondientes claves para evitar que se le suba un polizón a bordo.
Pues bien, la idea es simple: compartamos con el vecino: bienvenidos a la comunidad de vecinos 2.0. Pues parece que la unión hace la fuerza o, por lo menos, aligera las facturas y le roba ceros a la derecha. Así, en Neo ofrecemos liquidar el zoo de wi-fis y apostar por una red inalámbrica más económica, pero, sobre todo, segura y veloz. Adiós, carreteras secundarias de uso particular, empecemos a transitar por la autopista.
Además, seguimos elucubrando: ¿por qué no subimos toda la gestión de la comunidad a la nube? La comunicación, facturas, incidencias, gastos comunitarios, quejas vecinales… Todo llegará. Por lo menos, en Neo estamos estudiando el asunto para que llegue y se afinque en nuestros hogares.
Mientras tanto, ofrecemos nuestro servicio de internet a aquellas comunidades interesadas en abaratar un servicio, pero sin rebajar su calidad y seguridad. En Neo ya hemos echado el cierre a un par de zoológicos wi-fi y hemos instaurado paz en la atmósfera de las comunidades: sólo se escucha una para todos.
Vivimos tiempos wi-fi, y hasta la isla de Hierro promete afincarse como la primera isla wi-fi del mundo y en Argentina los tractores circulan con este servicio. Dentro de nada podremos tuitear en la cumbre del Everest o bajo el mar a la vera de los restos del Titanic.
Cuando quieras, echamos el cierre a tu zoológico y cantamos eso de “uno para todos y todos para uno”.
Infórmate en nuestra web o pregúntanos que te responderemos a velocidad de wi-fi.