Unchained memories

Samuel L. Jackson, Oprah Winfrey, Whoopi Goldberg, Angela Bassett, Vanessa Williams, Don Cheadle, Ossie Davis son algunas de las personalidades convocadas para participar de Unchained memories, documental que HBO produjo en 2003 y que cada tanto repone en la programación destinada al público latinoamericano. La propuesta recrea testimonios que más de doscientos descendientes de esclavos negros prestaron en los Estados Unidos de los años ’30 para el denominado “Federal Writers’ Project“. Sobria al máximo, la propuesta resulta tan reveladora como conmovedora.

Sentado en una silla y enmarcado por un fondo oscuro, el actor de turno habla a cámara. Comparte el recuerdo de una experiencia. Nadie pregunta, interrumpe, guía ni contiene. De esta manera los directores Ed Bell y Thomas Lennon consiguen que el televidente se compenetre con las palabras pronunciadas y transcriptas unas ocho décadas atrás.

La narración en off a cargo de Goldberg y la proyección de imágenes de archivo a modo de separadores articulan los testimonios. Los espectadores aprovechamos estos recursos narrativos para tomarnos un relativo descanso mental y reponernos de la información absorbida: episodios de explotación en condiciones infrahumanas, de castigos corporales, de abusos sexuales, en suma, retazos de la despiadada dominación WASP.

Unchained memories. Readings from the slave narratives (éste es el título completo) se encuentra en las antípodas de la aquí comentadas Historias cruzadas. La comparación refuerza la sensación de que la película escrita y dirigida por Tate Taylor no es más que un folletín ñoño cuya moralina pretende redimir a los Estados Unidos de su pasado racista.

Quizás HBO también crea en la necesidad de reconocer la continuidad entre pasado y presente. Al menos esto parece cuando el documental de Bell y Lenon evoca el recuerdo de otra producción: la igualmente recomendable Prom night in Mississippi de Paul Saltzman, que condujo Morgan Freeman.