Revista Cómics

Universo Comic-Books! – El primer Marvel Age

Publicado el 19 mayo 2015 por Celesj

ras la funesta experiencia brugueril y el desmoronamiento progresivo de Surco, los aficionados recibieron con los brazos abiertos la nueva etapa que iniciaba Cómics Forum, esperando que sirviera para reconducir el rumbo de las ediciones Marvel en nuestro país. El sello del grupo Planeta respondió al desafío ampliando a buen ritmo su línea de publicaciones, y consiguió meterse al respetable en el bolsillo cuando anunció que había conseguido hacerse con los derechos de la tan anhelada Patrulla-X. Sin embargo, a los lectores de la época siempre les quedaría la frustración de no poder contar con una versión española de la revista Marvel Age.

En aquellos tiempos había auténtica hambre de información USA. Más allá de la irregular aparición de fanzines, para el común de los mortales la única vía de acceso a la actualidad marveliana eran los comentarios que se iban dejando caer a cuentagotas en las secciones de correo, aliñados con alguna sección puntual. El hecho de que se reprodujera esporádicamente alguna entrevista suelta sacada de Marvel Age o se reciclaran sus artículos para complementar los Extra Superhéroes no hacía otra cosa sino acrecentar el interés por ese mitificado magazine “oficial”. Quienes tenían a su alcance alguna librería especializada que trabajara con material de importación procuraban reservar su copia allí, mientras los más espabilados recurrían directamente a algún proveedor americano o inglés.

¿Y en qué consistía exactamente Marvel Age? La revista fue una de las muchas iniciativas que impulsó Jim Shooter en su primera y más fructífera etapa como “Editor-In-Chief” de La Casa de las Ideas. De hecho, Shooter aparecía en los créditos como la luz que guiaba el proyecto. Marvel ya había probado fortuna con otras publicaciones anteriormente, pero en esta ocasión se trataba de un producto mensual con una distribución amplia que se vendía al módico precio de 25 centavos. Pensad que los comic books Marvel más económicos costaban 60 centavos, y los de DC no tardarían en subir a 75 ese mismo año.

El primer número debutó con fecha de portada de Abril de 1983. Al frente de la dirección figuraba Carol Kalish, la responsable editorial del departamento de “direct sales”. La subdirección y el diseño de la revista corrían a cargo del mismísimo Peter David, un par de años antes de que se diera a conocer en su faceta de guionista. Por aquel entonces, David era el segundo de a bordo de Kalish y su hombre de confianza.

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Marvel Age se estrenaba con una portada de Walt Simonson presentando The Saga of Crystar, una olvidable serie de fantasía inédita en España que sirvió de soporte para una línea de juguetes desarrollada por la compañía Remco. Como podéis comprobar en la parte derecha de la imagen,  el cómic del Guerrero de Cristal no utilizaría el diseño original, sino una recreación “cinematográfica” del mismo pintada por Bob Larkin.

A decir verdad, en aquel número inaugural todo quedaba demasiado apretado. El folleto apenas disponía de 16 páginas más cubiertas, y parecía como si hubiese un empeño por encajar el máximo posible de información, aunque fuese metiéndola con calzador: noticias, previews, novedades, un interesante reportaje sobre The Official Handbook of the Marvel Universe, alguna pincelada de humor… Se empleaba un cuerpo de letra muy pequeño y el diseño resultaba un tanto tosco, predominando el blanco y negro sobre las imágenes en color en determinadas secciones. Todos estos pequeños defectos se irían subsanando una vez que se fichó a Lea C. Sapp como diseñadora, lo que redundó en un “look” más profesional. Además, Kalish y David se esforzaron por conseguir que Marvel Age no se limitara a ser un simple bullpen hipertrofiado, manteniendo a niveles tolerables lo que podríamos denominar el “volumen promocional” de los textos, cosa que no hizo su sucesor en el cargo, Jim Salicrup, que tenía una manera muy distinta de ver las cosas. Con él la revista duplicaría el número de páginas y adquiriría su conformación definitiva, tal como tendremos ocasión de detallar en su momento.

En realidad, la etapa Kalish apenas duró unos meses, pero bastaron para dejarnos algún momento tan impagable como el que protagonizó Larry Hama cuando presentaba la nueva serie de Red Sonja y le dio por compararla con cierto popular héroe hyboreo, en unos términos que sólo podemos calificar de insólitos: “Conan es básicamente estúpido”, proclamaba el bueno de Larry con su habitual elocuencia. “Así es como lo concibió Robert E. Howard en un principio. Howard quería un personaje que no tuviera que devanarse mucho los sesos. Sonja no es tan fuerte como Conan, de ahí que deba suplirlo con un poco más de habilidad e inteligencia. Tiene que ser más lista que sus oponentes.”

Los comentarios de Hama sorprenden aún más si tenemos presente que suya era la responsabilidad de dirigir la línea bárbara, a excepción de Kull, que estaba bajo el control de Ralph Macchio. Este último también aportaba su granito de arena al debate manifestando que Kull le parecía más interesante y tridimensional que Conan, aunque en este caso se puede entender que estaba barriendo para casa. Según Macchio, el monarca valusiano brinda un mayor potencial como personaje porque “se trata de alguien que se siente incómodo con el poder que ostenta, a pesar de que tuvo que matar para conseguirlo”. Ese era un aspecto que Macchio encontraba particularmente fascinante.

Hama remataba la faena dejando claro que, a su juicio, la interpretación que había hecho Roy Thomas de Conan no hacía justicia al original: “Le faltaba esa energía cruda, esa furia, esa sensación de fuerza bruta que emanaba de la obra de Howard.”

Desde luego, uno podrá estar de acuerdo o no con estas opiniones –yo mismo rechazo categóricamente la idea de considerar estúpido al cimmerio, ¡por Crom!–, pero es de agradecer que pudieran expresarlas sin cortapisas.

Sus adversarios se referían a ella con el nada cariñoso apelativo de “Marvel Mistress of Propaganda”, pero el conjunto de la comunidad profesional siempre valoró el liderazgo de Carol Kalish para afrontar los retos que consolidaron el sistema de “ventas directas”. La directora fundadora de Marvel Age fallecería prematuramente en 1991 después de sufrir un derrame cerebral. Tan sólo tenía 36 años.

Sus adversarios se referían a ella con el nada cariñoso apelativo de “Marvel Mistress of Propaganda”, pero el conjunto de la comunidad profesional siempre valoró el liderazgo de Carol Kalish para afrontar los retos que consolidaron el sistema de “ventas directas”. La directora fundadora de Marvel Age fallecería prematuramente en 1991 después de sufrir un derrame cerebral. Tan sólo tenía 36 años.

Tanto Hama como Macchio disponían de un espacio propio en la sección “Notas Editoriales”, un foro abierto donde los responsables de las distintas cabeceras podían compartir sus impresiones acerca de la labor que estaban realizando. La información se completaba con un listado de los editores que componían el “staff” de Marvel, indicándose en un recuadro los proyectos encomendados a cada uno de ellos. Algunos de esos proyectos acabarían perdiéndose irremediablemente en el limbo, entre ellos un sugerente revival de Super-Villain Team-Up que iba a dirigir Mark Gruenwald. ¿De nuevo con Namor y el Doctor Muerte… o con otros personajes? La verdad es que no lo sabemos. ¡Ni tan siquiera conocemos cuál iba a ser su equipo artístico! Tampoco supimos nada de las anunciadas novelas gráficas Scuff y Wonder War, si bien cabe la posibilidad de que alguna de ellas acabara publicándose con otro título. Otro cómic que nunca se materializó fue la serie limitada de Mantis en la que estaban trabajando Denny O´Neil y Val Mayerik; el primer número llegó a destacarse en un listado de novedades, siendo cancelado justo a continuación sin que se ofrecieran más explicaciones. La sinopsis daba a entender que se trataba de una nueva versión de la heroína: “Es osada. Es espectacular. Nunca se la ha visto antes. Procede de China. ¿Quién es… Mantis?“. También se especificaba que la serie, ambientada en la ciudad de Los Ángeles, combinaría artes marciales con un toque de fantasía. Tal vez podría haber tenido su gracia, aunque cuesta imaginarse a Mantis en los ´80 sin la batuta del maestro Steve Englehart. Concluimos el repaso señalando que los Funny Animals que preparaba Larry Hama tuvieron que reformularse, aparentemente, debido a un problema de derechos, habida cuenta que el nombre lo tenía registrado la editorial Charlton. Según hemos podido confirmar, se trata del mismo cómic que vería la luz con la denominación de Marvel Tails, un guiño al clásico Marvel Tales (“Tails” significa “Colas”). Desarrollado a partir de una idea original de Jim Shooter, el número unitario reunía versiones paródicas fácilmente reconocibles de diversos superhéroes marvelianos, encabezados por Peter Porker, el Espectacular Spider-Ham, un simpático jamoncete al que seguirían el gatuno Capitán Americat, un Hulk Bunny que nada tenía en común con su primo Bugs, y el Goose Rider, un Motorista Fantasma muy pero que muy ganso.

La versión porcina de Spiderman tuvo muy buena acogida entre los fans y llegó a disfrutar de su propio cómic dentro de la línea Star.

La versión porcina de Spiderman tuvo muy buena acogida entre los fans y llegó a disfrutar de su propio cómic dentro de la línea Star.

La historia de cómo los misteriosos Mysterions pudieron ser los Futurians pero terminaron por convertirse en los Transformers nos la reservamos para mejor ocasión.

Merece la pena recordar los nombres de aquellos editores que contribuyeron a dar lustre a la Marvel de los ochenta: Archie Goodwin, Mark Gruenwald, Tom DeFalco, Larry Hama, Louise Jones (ese era su nombre de soltera, antes de contraer nupcias con Walt Simonson), Ralph Macchio, Al Milgrom, Denny O´Neil y Carl Potts. También andaban por allí todavía como adjuntos Mike Carlin, Jo Duffy, Danny Fingeroth, Bob Harras, Ann Nocenti y James Owsley. A pesar de las limitaciones que impuso Shooter, los editores seguían siendo esencialmente guionistas o aspirantes a guionistas, y eso supone una diferencia sustancial con respecto a lo que sucede en nuestros días, donde nos encontramos que los directores de las colecciones responden a un perfil mucho más técnico. No vamos a hacerlo porque nos hemos quedado casi sin espacio pero, si nos pusiéramos a enumerar los editores que componen el actual plantel de Marvel, tal vez no os resultarían tan familiares. A Joe Quesada y Axel Alonso sí los identificaríais, evidentemente, y también a Tom Brevoort, Stephen Wacker o Nick Lowe, si estáis un poco puestos en el tema. Pero lo que vengo a decir es que ya no vemos a guionistas ejerciendo de editores: se ha trazado una línea divisoria muy nítida entre lo que es el núcleo creativo propiamente dicho y el personal editorial. ¿Para bien o para mal…? Os dejo a cada uno que saquéis vuestras propias conclusiones al respecto.

Punto final por hoy. El próximo mes nos daremos el gustazo de dedicar la sección a Spiderman, que ya tocaba (me refiero al genuino hijo de los Parker, naturalmente, no al Spider-Porker). Ahora que el lanzarredes está de máxima actualidad con motivo del lanzamiento del nuevo Spiderman Superior, es el momento perfecto para desenterrar uno de los secretos mejor guardados de la saga arácnida, un secreto que, casualmente, también empezaba a vislumbrarse en aquel primerizo Marvel Age. No estoy en condiciones de revelar aún su contenido pero, aun a riesgo de subir más de lo aconsejable el volumen promocional de la sección, puedo adelantaros que nuestro Comic books! de Septiembre va a ser asombroso, espectacular, sensacional… y hasta puede que un poco astonishing. ¡Si sólo piensas leer un artículo de Spidey este lustro, asegúrate de que sea este!

Miguel G. Saavedra

¡¡E-eso es todo, amigos!! Esta desinhibida instantánea se sacó en la sala de conferencias de Marvel allá por 1983. En la parte inferior, de izquierda a derecha, puede verse a Larry Hama, Al Milgrom, Tom DeFalco y Ralph Macchio. En medio encontramos a Denny O´Neil, Mark Gruenwald y Carl Potts. Y arriba de todo se esfuerzan por mantener el equilibrio los más ligeritos, Archie Goodwin y Louise Jones. ¡Ah!, y ese que asoma en la parte de atrás extendiendo los brazos es “Big” Jim Shooter. Cualquier siglo de estos tendríamos que hacer un montaje así con el equipo de Panini... ¿Os animáis, compañeros?

¡¡E-eso es todo, amigos!!
 Esta desinhibida instantánea se sacó en la sala de conferencias de Marvel allá por 1983. En la parte inferior, de izquierda a derecha, puede verse a Larry Hama, Al Milgrom, Tom DeFalco y Ralph Macchio. En medio encontramos a Denny O´Neil, Mark Gruenwald y Carl Potts. Y arriba de todo se esfuerzan por mantener el equilibrio los más ligeritos, Archie Goodwin y Louise Jones. ¡Ah!, y ese que asoma en la parte de atrás extendiendo los brazos es “Big” Jim Shooter. Cualquier siglo de estos tendríamos que hacer un montaje así con el equipo de Panini… ¿Os animáis, compañeros?


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