Revista Cine
¿Cuál es el objetivo de la literatura? Quizás no sea uno solo, quizás tenga varios, como el cine entretener y mostrar, para mi el primero no es más importante que el segundo. A veces leo para entretenerme sin buscar ninguna otra cosa, pero a ratos pasa que sin querer alguien te muestra lo que te hacia falta ver. Eso me pasó con el cuento de Rodrigo Soto, “Uno en la llovizna”, lo leí hace más de 15 años, era casi una niña, pero me impresionó tanto en ese momento como ahora. Lo recuerdo a diario, cuando me topo con esa cosa humana estúpida de no poder comunicarse “de verdad” con los otros, de estar solos hasta acompañados. “Conectar” que cosa rara esa…
Un cuento, parece algo sin importancia, hace poco me publicaron un cuento (Si, uno sólo) en una Antología, es lo primero que publico, y me puse muy contenta, pero no por lo obvio: reconocimiento, haber quedado finalista de un concurso, bla, bla, bla, no. Me alegré porque recordé que de Rodrigo Soto sólo he leído un cuento en mi vida, he visto otros de sus libros y ni se porque… no los he leído... Me he topado poco con su obra completa (nota mental: buscarlos para leerlos)… En fin… a él como escritor no le hace falta que yo lea el resto de sus textos, porque su cuento, esa única pieza que leí de una antología, me salvo la vida de adolescente y quedó en mi memoria largos años después… hasta hoy en que escribo este post.
Pensé que quizás yo corra con la misma suerte, que alguien encuentre "algo", así sea mínimo o exiguo en ese cuento en apariencia insignificante.
Después de todo, Juan Rulfo, escritor insigne que casi no escribió nada, supo contar en pocas páginas, la vida de mucha gente que se sintió identificada con su obra. Un cuento, uno solo, supone una posibilidad de cambio o de entretenimiento, según lo que cuente el autor, según como nos conectemos con él. En mi caso con Rodrigo Soto basto “Uno en la llovizna” para establecer una relación de por vida. El cuento, que viene en la Antología 16 cuentos Latinoamericanos, junto a Cortázar, García Márquez y otros, quizás es la prueba de que la literatura no es un asunto de número de páginas ni de Obras Completas.
A Rodrigo Soto