Revista Creaciones

Uno entra, otro sale

Por Chusrufino
No soy una persona minimalista pero hay muchos planteamientos de esta "filosofía" de vida que me gustan e intento seguir. Entre ellos la máxima de "uno entra, uno sale". Han escrito muchos sobre este tema y lo han hecho muy bien, así que no redundaré en ello (hay muchas páginas que hablan sobre minimalismo y vida frugal en internet). Enumeraré una serie de motivos por los cuales creo que es importante.
El espacio en nuestras casas no es infinito aunque nuestra capacidad de acumular sí lo sea.
Contribuye a mejorar el orden y la organización (a más objetos, más posibilidades de generar caos).
Gastamos menos dinero evitando las compras compulsivas.
Generamos menos residuos y eso repercute positivamente en el medio ambiente.
Tener "menos opciones" hace por lo general que seamos más creativos, combinando lo que tenemos.
Hace tiempo que vengo haciendo esta práctica y para ilustrarla he fotografiado varios objetos que he ido sustituyendo en los últimos tiempos. Han sido más cosas pero estas tres sirven como muestra.
Uno entra, otro sale
El bolso rojo lo tenía desde hacía muchos años y estaba deteriorado, el tejido de polipiel se estaba despellejando y las costuras de las asas se estaban deshilachando. Antes de tirarlo le quité los adornos y los aros de madera del asa, los usaré en cualquier otra costura.
El bolso que me compré es una bandolera de tejido impermeable que tiene muchos compartimentos para llevar las llaves, el teléfono, las gafas, etc. Y es muy práctico para el día a día. La pinza del pelo es un adorno que yo le he puesto.
Uno entra, otro sale
Con la depiladora me ocurrió que aunque funcionaba, había perdido presión en los rodillos y no arrancaba el vello hasta la tercera o cuarta vez que la pasaba. Así que me depilaba irritando mucho la piel. Me duró muchos años, tantos que había perdido casi por completo el serigrafiado de la marca. La nueva que tengo es un modelo sencillo que me compré en Lidl, va muy bien y tiene la ventaja de ser recargable (la mía era antigua y tenía que estar enchufada todo el tiempo).
Uno entra, otro sale
Y por último algo de maquillaje. Se me acabó la barra de labios que tenía de color rosa transparente  y la sustituí por una al acabarla. Aunque son de marcas distintas tienen el mismo tono y me sirven igual.
Al principio cuesta, pero una vez que coges el hábito resulta gratificante hacer las cosas de una manera más respetuosa con el medio ambiente... y el bolsillo.

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