Revista Tendencias

Uno no se puede hacer mayor

Publicado el 05 enero 2023 por Claudia_paperblog

Me da más miedo escribir que dibujar, por eso dibujo. El pueblo me revitaliza, pero cada vez menos porque ya no lo observo todo, ya no tengo tantas sensaciones, ya no percibo un poco más allá. Cuando solo tienes una cosa (o una persona) en la cabeza, ya no hay espacio para nada más. Vuelvo a la montaña mágica y desde aquí, abro la mente de nuevo.

Cuando vamos a pasear, no puedo evitar pensar en que le huele el aliento a coñac. Parece que su hijo no es la persona que él quería que fuera y pienso que, como padre, no se puede tener ese tipo de exigencia. No es decepción lo que noto en sus palabras, es tedio.

A ella la siento diferente, más mansa. “Uno no se puede hacer mayor”, sentencia mi madre pensando en la suya. La yaya dice cada vez más incoherencias. “¿Creéis que lo decía por sí misma?”, les pregunto a mis hermanos mientras buscamos setas en el bosque. No recibo respuesta. Me sorprendo a mí misma expresando este tipo de pensamientos delante de ellos, no suelo mostrarles mi parte más triste o reflexiva. Solo lo hago con Miguel, antes lo hacía contigo, te lo contaba absolutamente todo.

La veo en el portal de casa, con el bolso pegado al pecho, vistiendo su chaquetón acolchado verde botella y me transmite ternura. Nos va a comprar churros para desayunar y me encantaría que tú también estuvieras aquí. Igual que cuando volví de fiesta en Nochevieja. Me gustaba entrar en la cocina en silencio contigo, riendo porque aún íbamos borrachos y podíamos despertar al resto, comernos, hambrientos, unos trozos de fuet, e ir a dormir. Me fui a dormir triste este año, una parte de mí esperaba un mensaje felicitándome el año. Supongo que debo agradecerte que no lo hicieras. Espero que no fuera por olvido o indiferencia.

Me metí en la cama con alguna lágrima resbalando por la mejilla y me quedé dormida con tu pulsera puesta, la que pensabas que no me gustaría. Aún me río con eso.

Le felicité la Navidad a tu madre y estuvimos hablando un rato, no sé si te lo habrá dicho. Quería que fuera a verla ahora en enero.

Mi madre propone retomar el viaje familiar que la pandemia nos impidió llevar a cabo. Me entra pena porque tú habrías venido, siempre te incluían en todos los planes.

A veces, siento envidia de todo el mundo, incluida V. Sigue sin caerme bien, pero en el fondo somos parecidas, por eso temía que te gustase. Vi que estuvo en Islandia, como yo, solo que ella viajó allí con el amor de su vida, yo ya no podré y me da rabia.

Siento que quiero huir, pero no sé dónde, ni cuándo, ni con quién. Parece que aún esté esperando a que ocurra algo. Pienso ya en tu cumpleaños y en qué te diré para felicitarte. Felicidades por todo lo que has conseguido estos años.

Nota del 3 de enero

Te reías de que yo decía tejanos en vez de vaqueros. Ya no tengo recuerdos de ciudades nuevas contigo. Siempre que venías a algún plan, la tarde o la noche acababa de una manera inesperada, hacías hablar al más tímido, emborracharse al más aburrido, bailar al más soso. Conocías a todo el mundo, le caes bien a cualquiera, te regalaban cerveza, tapas, pintxos, croissants, muebles, libros. Se te ocurrían ideas que a nadie se le pasaban por la cabeza, me convencías aunque al principio te pusiera mi cara de enfado porque era muy caro o muy tarde o muy lejos. Y para allá que íbamos, o una más que nos tomábamos o un vuelo que reservábamos o un bañito que nos dábamos o una broma que gastábamos.

Uno no se puede hacer mayor

Volver a la Portada de Logo Paperblog