Revista Cultura y Ocio

Unos amigos que me brindan su hospitalidad, Tahar Ben Jelloun

Publicado el 24 enero 2018 por Kim Nguyen

Consideré a ciertos escritores como amigos. Yo decía “mi amigo Nietzsche ha escrito” o “mi amigo Ozu ha dirigido”. Son amistades que aparentemente van en una sola dirección. Un creador, y en particular cuando tiene genio, es alguien que alimenta una espera, una esperanza.
Mientras escribo estas líneas, Federico Fellini ha caído en un coma profundo. Está muerto, pero lo que él ha dado a millones de espectadores sigue ahí, rico, eterno. Nos ofreció la materia de nuestros sueños y liberó en nosotros unas energías inconscientes o apenas sospechadas, unos sueños aún más locos, más atrevidos. Cada película suya ha sido para mí una señal de amistad, no hacia mi persona sino hacia la humanidad. Por eso, le entrego mi amistad. Sin que él lo sepa, obviamente, pero es mi modo particular de darle las gracias. Es poca cosa pero este don gratuito me satisface.
Nietzsche es un compañero de los malos y los buenos momentos. Hallo en él lo que necesito: poesía, pensamiento rebelde, ausencia de sistema y una voz que oigo en el fondo de mí mismo.
Podría decir lo mismo de Rimbaud o de Juan Rulfo. Una biblioteca es un cuarto de amigos que me rodean y me brindan su hospitalidad. Una casa sin biblioteca es una morada sin alma, sin espíritu, sin afectos. Los libros -quizá no todos- parecen observarnos o llamarnos desde las estanterías. Esperan. Cuando una mano se les acerca, se inclinan hacia ella. Estoy pensando en el Ulises de Joyce. Lo leí cuando estaba en el campo disciplinario. Él me abrió la vía a la escritura. Me autorizó a escribir. Quien te haga semejante ofrenda, ¿no merece tu amistad?
Cada cual en su vida, ¿no ha tenido acaso algún día la revelación de esa ofrenda, señal de una urgencia o de una voluntad? Ofrecer una parte de su intimidad -recreada, reintentada por las palabras y las imágenes-, de la que unos desconocidos se apropiarán, rodeándola de pasión, amor y secreto. El que realiza ese gesto generoso se convierte en un amigo excepcional, lejano en el espacio o en el tiempo, pero a la vez tan próximo.

Tahar Ben Jelloun
Elogio de la amistad

Foto: Nino Rota y Federico Fellini


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