Revista Cine

Unos toques Lubitsch

Publicado el 09 junio 2010 por Gcpg
Unos toques Lubitsch
Unos toques Lubitsch
Lubitsch aportó numerosos "toques" tanto dentro como fuera de la pantalla, tenía un carácter especial, sensibilidad y talento, mucho talento.
Hizo de sus "toques" seña de identidad en sus películas variando el sentido y tono de ellos a lo largo de su filmografía, pero siempre estuvieron presentes.
Sus "toques" en muchos casos llegaron a ser una obsesión y un ejemplo a seguir entre muchos y destacados directores. Pero sus películas llevaban su sello, y éste era inimitable.
Sobre las cualidades bromistas de Ernst Lubitsch, Lupita Tovar recordaba,
se acercaba a alguien y decía
- ¿va todo bien entre tu mujer y tú?
- Por supuesto, ¿Por qué?
- Oh, por nada, pura curiosidad.
les hacía preocuparse un poquito sabe.


Y también sufrió, a su manera. Leni, su primera mujer, se lió con el guionista Kräly, provocando numerosas escenas y momentos tensos....

Les enviaré un maravilloso regalo de bodas. Espero que el matrimonio dure cien años, él se lo merece

Durante uno de los rodajes, con Camille Horn, cuando ella y el doble casi caen a un abismo. Camille Horn se sintió aterrorizada. Un rato después seguía temblando de miedo.
Lubitsch dió una chupada a su puro recordaba ella. “el y su camarógrafo habían cubierto la escena, estaban totalmente satisfechos. Lubitsch me guiñó el ojo y me dijo. “El miedo te sienta bien Camilla. Lo tendré en cuenta”.

Lubitsch trabajó con Miriam Hopkins a quién lanzó con Un ladrón en la alcoba y Una mujer para dos. Fué precisamente para esta última pelicula cuando le envió un guión para que lo estudiara, pues quería que ella fuera su primera actriz.
Mientras, Miriam Hopkins y King Vidor mantenían en "ultrasecreto" su relación. En esa época Vidor estaba dirigiéndola para la película The Stranger´s return. Y Hopkins le pidió a King Vidor que si le podía echar un vistazo al guión. El guión parece ser que les gustó mucho .... por lo menos, hasta que llegaron a la última página, donde venía escrito:
King: tendré mucho gusto en hacer cualquier pequeño cambio que se te ocurra. Ernst

Lo del “toque” debía ser algo contagioso, durante una de las fiestas e ncasa de Lubitsch, fue Kräly quie apenas pudiéndose ponerse en pie después de beber en gran cantidad pidió otro copa a Otto, el mayordomo, y éste flemático le contestó:
Por favor quédese ahí tumbado y yo se lo iré echando

Y es que ....
Si se te ocurría una pequeña frase que le daba una idea para uno de sus famosos “toques" … podías realmente ver una pequeña llamita roja encenderse detrás del negro de sus pupilas.
(Vicky Baum)

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