Revista Cine

Up in the Air

Publicado el 27 enero 2010 por José Angel Barrueco
Up in the Air
Un hombre que vive en el aire no puede echar raíces. Con esta frase podría resumirse el personaje de George Clooney en la nueva película de Jason Reitman, que en su corta pero meteórica carrera ha tratado temas siempre de actualidad: la polémica del tabaco (Gracias por fumar), el embarazo en la adolescencia (Juno) y el miedo al compromiso en una época de crisis económica (Up in the Air). Es una comedia con toques dramáticos o amargos. Clooney interpreta a Ryan Bingham, un hombre que viaja por el mundo porque otras empresas lo contratan para que despida a sus trabajadores. Un curro durísimo, a pesar de los viajes y los placeres que estos conllevan: en tiempos de crisis, cada día debe sentarse en un despacho y despedir a montones de tipos, de padres de familia, de señores de más de 50 años, de madres y, en general, de gente que ya no sabrá cómo encarar el futuro. Un tema muy adecuado para estos días. La filosofía de Bingham consiste en llevar poco equipaje, y esto, además, es una metáfora: no atarse, no comprometerse, no visitar mucho a los familiares, no tener pertenencias. Nada en la mochila. Vivir siempre arriba, en el aire, como indica el título, en lugares pasajeros, con un domicilio que sólo pisa unos 40 días al año. Pero las cosas se complican cuando se lía con una mujer que lleva su misma vida y cuando le encasquetan a una joven colega de trabajo para que le enseñe el oficio. Se ha llevado varios premios, y George Clooney realiza uno de sus mejores papeles.

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LOS COMENTARIOS (1)

Por   Larrea200658
publicado el 30 enero a las 08:37
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Excelente film de Jason Reitman, que con "Juno" demostró que se podía esperar mucho de él, y en lo que a mí respecta se ha superado. Y es que, gracias a un soberbio guión al alimón con Sheldon Turner, adaptando la novela de Walter Kim, logra hacernos sonreír (reír más bien poco pues no va de graciosa), conmover y hasta sufrir un poquito. Todos los sentimientos abarcables en un ser humano están servidos en este magnífico trabajo, dotado de un aura especial, que hace sea degustado como un auténtico manjar. A simple vista no tiene nada especial, tan sólo el valor de unos inconmensurables diálogos inteligentes, una etérea dirección de maravillosos intérpretes y una cuidada pero nada rimbombante estética, con buena banda sonora y fotografía. Sin embargo, poquito a poquito, pero sin remedio, la historia nos atrapa y emociona, con sublimes momentos como los del tercion final, si exceptuamos un epílogo un tanto condescendiente con el espectador, que compuesto por personas inteligentes no lo necesitaba. En este sentido la película claramente debería haber finalizado con la conversación entre el protagonista y el comandante del avión. Un final perfecto pero quizás triste y no demasiado esperanzador. Una película totalmente recomendable que deja un inmejorable sabor de boca.

Iñaki Bilbao