Un local en Pasadena (EEUU), dos que combinaron talento en Malasaña y un tercero que quería cambiar de vida fueron la inspiración y génesis del restaurante Bestia, un local que rompe con lo establecido en el barrio de Salamanca para dar otro aire a una zona un tanto previsible. Desde que nos da la bienvenida la bestia, un enorme rinoceronte deconstruido en la pared, hasta que descubrimos su mesa de conspiradores en el fondo, la estética industrial, el arte urbano, el ambiente, la música y, por supuesto, la carta ya nos dan la clave de este restaurante que respira en López de Hoyos pero se nutre de Nueva York, Berlín y por supuesto, Malasaña.
“Es que en el centro no se aparca bien”. “Es que me pilla lejos”. “Es que hay mucha gente”. Estos argumentos movieron a los tres socios, Alberto Argoitia (Beto, aunque su madre no quiera), Tato Repetto (Mr Hazelnut) y José María Aguilar (Agui) a abrir al norte, de cara a dar una vuelta a los menús del día y el afterwork tan demandados por las oficinas y los estudiantes del Instituto de Empresa que pueblan la zona.
Pero sus orígenes están en Malasaña. Lo primero que Mr Hazelnut (su nombre como artista urbano) deconstruyó fueron los murales de Naif, en la plaza del Dos de Mayo. Así conoció a Agui, actor y propietario de Naif y decidieron montar algo juntos, Gorilla, más orientado a las copas y ambiente nocturno en la Corredera Baja de San Pablo. Con la llegada al equipo de Beto, uno de los mejores amigos de Tato, subieron aguas arriba y llegó Bestia.
Bestia es una suma de los dos hermanos mayores. La carta es Naif y las copas, Gorilla, con las mejorías que se consiguen con la experiencia. Pero es el arte urbano lo que más destaca, sorprendiendo dentro de una decoración urbana, industrial y con muebles recuperados. Utilizando técnicas como la deconstrucción, stencil, grafitti o paste up, los artistas de Bestia han sacado de las paredes un imaginario rico, variado y muy actual con Bill Murray, Jean Michel Basquiat, Frida Kahlo, Dalí o La Guerra de las Galaxias como embajadores del restaurante.
En la carta, entrantes y platos de inspiración mexicana, ensaladas (muy original la de quinoa), hamburguesas y sandwiches como fortaleza del local, sobre todo, los que se llaman Bestia (la hamburguesa pica, por cierto) y luego pizzas gracias a su asociación con Al Cuadrado Taglio & Bar, que son los mismos que están en la calle Ballesta o en algunos espacios gourmet del Corte Inglés. “Así nosotros ofrecemos un producto muy bueno que no tenemos y ellos ganan presencia en el barrio y ensayan combinaciones”, apunta Beto. Suelen tener la de patata y salsa de trufa y la de calabaza y queso ahumado, más un tercer sabor. Deliciosas. Y para el postre, tartas caseras.
Aunque Bestia de noche es parada obligatoria, no hay que esperar a la hora bruja para conocerlo. El restaurante ofrece un menú del día, con ocho primeros y ocho segundos, basado en su carta para que siempre vayas a comer sus especialidades, sea la hora que sea. “La gente viene porque sabe lo que hay, lo que sabemos hacer. Así fidelizamos”, detalla Beto.
Y por la noche, la barra y las mesas se llenan de platos y de copas, muy cuidadas, de cócteles, de una selección de su carta de vinos o de cervezas artesanales. “Tratamos de que sea asequible para el barrio pero con mucha calidad en la preparación”, afirman. Pero para mí, la baza que hace de Bestia un sitio muy recomendable es la combinación de todos los elementos gastronómicos con una selección musical muy especial. Así el tiempo se pasa sin sentir, solo disfrutando del ambiente y los buenos bocados en Bestia.
Los datos: Bestia. Calle López de Hoyos, 9. 915 15 71 21. Horario: de lunes a jueves de 12 a 00h. Viernes, 12 a 02:30h y sábados, de 20 a 02h. Precio medio: 15-18€. Menú del día, 11€. Copas desde 5€ (tienen happy hour). Más información en su Facebook.
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