Uyuni está al Sur-Oeste casi tocando Chile y es la guirlanda de Bolivia. He cogido un micro hasta la Exterminal de Potosí y de ahí ya me han empezado a gritar destinaciones. Me he acercado a la que gritaba Uyuni y le he pedido asiento en el bus que saliera antes, tenía que esperar una hora y ya estaba sacando el dinero para pagar cuando una mujer me ha secuestrado y me ha dicho que su autobús salía ya pero ya, ya. Tanto que eran las 10:05 y el autobús salía a la 10h. Por no esperar me he ido con la secuestradora y le he pagado a ella los 30 bolivianos hasta Uyuni (4€ por 3horas). Me han guiado hasta la salida de autobuses donde una mujer me ha cobrado 1boliviano (1/7 de euro) por uso de la terminal y he sabido que estaba en el autobús correcto cuando he dejado de escuchar español y he empezado a escuchar francés. Tres horas de autobús con un grupo de franceses que le preguntaban al conductor si iba a hacer parada para el baño o para comer mientras una señora boliviana sentada mi lado opuesto se reía de ellos. En cuanto se ha dado cuenta que yo no iba con ellos y también hablaba castellano hemos empezado a mirarnos y reír cada vez que alguno de los franceses abría la boca. En un momento dado el conductor ha parado y les ha enviado a cagar al monte, literalmente y los franceses escandalizados han cogido papel higiénico y se han ido entre las risas del conductor. De pronto el autobús ha girado una curva y en lugar de ver montañas se ha visto una línea blanca en el horizonte y justo antes un pueblo cuadriculado. Los franceses se han vuelto locos sacando las cámaras por la ventana mientras el resto del autobús nos preparábamos para bajar. Uyuni parece el típico pueblo del oeste americano que sale en las películas, calles rectas, suelos de tierra, aceras ligeramente elevadas, casas de madera y piedra…. En cuanto el bus para me pongo la mochila en la cabeza para no golpear a los franceses que siguen preocupados por sus cámaras y me voy directa al alojamiento que he reservado. Después de varios días de frío agradezco mucho el calor de Uyuni. Mientras estoy aquí la temperatura oscila entre 20ºC al mediodía hasta los -1ºC por la noche aunque en Julio puede bajar hasta los -12ºC
Uyuni es la ciudad más cercana al Salar de Uyuni, las Lagunas de Colores, La Reserva de Fauna Andina Eduardo Avaroa, los Géisers, el árbol de piedra y un cementerio de trenes con locomotras del s.XIX que se usaban para conectar el puerto de Antofagasta en Chile con Bolivia. Varias agencias ofrecen alquiler con guía de un 4×4 para recorrer la zona, voy a estar tres días tragando polvo y dos noches muriéndome de frío pero va a valer la pena:
Dos chicas danesas, un chico canadiense, dos chicos alemanas y yo nos presentamos por la mañana frente a Jorge que nos hará de guía/conductor/cocinero. Para empezar nos recoge las mochilas y las carga en la parte superior del coche, las cubre con una manta impermeable y descubrimos cómo él no habla inglés ni los otros castellano.
Primera parada el cementerio de trenes, donde podemos jugar con las ruedas sobre los raíles, columpiarnos entre locomotoras olvidadas y hacer ver que nos montamos en un tren en marcha. Los trenes llegaron a Uyuni para transportar los minerales de estaño, plata y oro hasta el puerto de Antofagasta y es que en el s.XIX Bolivia tenía salida al océano pacífico. La guerra del pacífico 1879-1883 enfrentó a Chile con Bolivia y Perú por el territorio de Calama. Finalmente el Tratado de Paz entre Chile y Bolivia del 1904 y promulgado el 21 de marzo de 1905 estableció las actuales fronteras de los países dejando a Bolivía sin salida al mar, el territorio de Antofagasta como parte de Chile, la vía férrea abandonada y los trenes olvidados.
El salar de Uyuni es el desierto de sal más grande el mundo con 10582km2 y una profundidad de 120 metros. Básicamente son kilómetros y kilómetros de suelo blanco con cielo blanco y azul donde de vez en cuando se ven pequeñas pilas de sal.
En el suelo se mezclan zonas húmedas con la sal y los montículos sirven para que se evapore el agua y poder trasladar la sal con facilidad. Cada año se extraen unas 25mil toneladas de sal. Entre el Salar de Uyuni (Bolivia), el Salar de Atacama (Chile) y el Salar del Hombre Muerto (Argentina) están las reservas de litio más grandes del mundo y se dice que empezarán a extraerlas en los próximos años. La zona además se usa para calibrar los satélites desde el espacio puesto que es una superficie lisa con alta reflectividad.
Unos kilómetros hacia el interior del salar hay un antiguo hotel construido únicamente con bloques de sal, aunque hoy ya no se usa como hotel debido a los residuos que destrozaban el salar. Ahí paramos a comer, la primera noche dormiremos en un hotel de sal en San Juan, al otro lado del salar. En medio del salar, a 100km de la ciudad de Uyuni y a 15km de la tierra firme más cercana está la isla de Incahuasi, que significa Casa del Inca. Es una isla llena de cactus gigantes que crecen 1cm por año y pueden llegar a los 10 metros de altura, hacer cálculos sobre la edad de los cactus. Se supone que cuando los incas cruzaban el salar paraban en esta isla a reponer fuerzas, actualmente se puede subir a la cima por 30 bolivianos (4€) y ver los límites del desierto de sal.
El segundo día por la mañana lo dedicamos a ver la laguna blanca, y la laguna hedionda (Laguna Nor Lípiez)
Para acabar el segundo día cruzamos el desierto de Siloli, uno de los desierto más áridos del mundo con apenas lluvias. Dentro del desierto está el árbol de piedra de cinco metros formado por la erosión del viento que ha consumido la parte inferior pero no la superior de la roca.
Finalmente llegamos a la Laguna Colorada llena de flamencos blancos y rosas, que debe su color a las algas. Además es la puerta de la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa donde nos hacen inscribirnos y pagar 150bolivianos (20€).
Dormimos en uno de los albergues dentro de la Reserva Nacional sin calefacción o duchas y con electricidad limitada. La temperatura baja de los 0ºC y me alegro de no haber enviado el saco de dormir a Barcelona. Uno de los alemanes ha comido algo en mal estado y se levanta al baño por la noche, una de las danesas no puede dormir por el frío y se lo pasa escuchando música, la otra danesa habla y tose en sueños, el otro alemán no para de toser y estornudar igual que el canadiense, yo duermo a trompicones entre el frío de fuera y el calor de dormir con la ropa puesta. Nos levantamos a las 5am para ver los geysers que nos despiertan un poco y luego nos acercamos a las aguas termales pero no nos tenemos ni que mirar para saber que ninguno está dispuesto a sacarse la ropa y ponerse el bañador para meterse en esa mini piscina de aguas termales abarrotada de guiris.
Pasamos por la Laguna verde aunque no hay mucha luz y apenas se refleja el verde del manganesio, plomo y arsénico de sus aguas. Para acabar el trayecto nos acercamos a la frontera con Chile donde las dos chicas danesas cogen un bus para llegar a San Pedro de Atacama y nosotros volvemos a Uyuni no sin antes parar cada cinco minutos por un problema con la llanta y tener que cambiar la rueda del 4×4 dos veces.
Esta noche vuelvo al hostal oro blanco donde José, el dueño, me espera con una sonrisa, una habitación con calefacción y el mejor desayuno hasta el momento. Finalmente he caído y, como el resto, he cogido una galipandria. Así que me voy a Sucre donde hace mejor tiempo y la altura sobre el nivel del mar no llega a los 4000metros. Sólo la empresa 6 de Octubre hace la ruta Uyuni-Sucre directa y sale dos veces al día: muy temprano o muy tarde. Así que cojo un bus hasta la Ex-terminal de Potosí, de ahí un microbus hasta la Nueva Terminal de Potosí y me encasqueto en un bus destartalado hasta Sucre. No sin antes comprar empanadas y algo llamado Sopaipillas para el camino. Tengo mi mochila grande entre mis piernas, estoy entre la ventana y una mujer con su hijo, hace muchísima calor y el niño, que no se queja, va tapado hasta las cejas. Los tres dormitamos las tres horas de viaje hasta que el bus llega a Sucre de noche.