Revista Libros

Vábienlor. Los Bifaces, de Javier Vidal-Quadras

Publicado el 29 julio 2011 por Agora

Vábienlor. Los Bifaces, de Javier Vidal-Quadras
Javier Vidal-Quadras
Vábienlor. Los Bifaces.
Barcelona, abril de 2011


Hace unos años leí la novela “Vábienlor, las últimas palabras” y gracias a ella entablé amistad con Javier Vidal-Quadras, amistad que ha continuado a lo largo del tiempo y que ha motivado que, recién publicada la continuación de aquella novela, él haya querido que yo la leyese. Me reafirmo en las impresiones que tuve entonces, que encuentran sus raíces en lo que piensa y siente el autor: una de las ideas principales de su novela, ya una saga, es que la mejor manera de luchar contra el mal es practicar el bien.
Javier nos reitera que una de las características del sistema de valores o virtudes es que es sistémico y armónico, es decir, que un solo valor no lo es, necesita a los demás. Si la primera novela estaba basada en las cartas que escribió a su hija mayor cuando se ausentó de casa para viajar a Irlanda a estudiar inglés, la presente entrega está dedicada a su hijo menor, Pablo, que aún no había nacido cuando aquella, Vábienlor las últimas papabras, vio la luz por primera vez. Pero también nos hace saber en la dedicatoria que han tenido mucha influencia, para ver esta continuación publicada, sus otros seis hijos, y sus ahijadas, y amigas y amigos que siempre le animaron a continuar las aventuras de María y su familia.
Ya todos sabemos qué es Vábienlor, qué es Vámalor, qué es Humania; que Eghon, oculto en el fondo de todo viniente aspira al poder y a la dominación, y para eso se apoyará en Enves, Iraes, Guls, Luhus, Vaghans y Avars, es decir, los heptarcas de Vámalor, y en un buen número de esclavos. Y casi con él, con Eghon comienza la nueva historia que nos plantea Javier: María y su familia han regresado a Humania y, como todo aquel que visita Vábienlor, se olvidan de su estancia en él, excepto Clara. Fue la niña quien se trajo del mundo de los valores lo que creía una canica, pero que es una cápsula eghónica, a través de la cual Eghon planea invadir Humania, y nada mejor que hacerlo a través de la familia del viniente-más, de aquellos que acudieron en ayuda de Chares y le frustraron su anterior intento de dominación.
Eghon desvela sus pretensiones en Théoglor, durante el concurso de saltadores, lo que provocará que desde Vábienlor intenten volver a traer al viniente-más, pero en Humania su actuación es más sigilosa: está iniciando su invasión a través de la propia familia de María, y únicamente Clara parece percibir los Bifaces que la rodean, y en el primero que lo descubre es en su padre.
Una novela donde, una vez más, Javier Vidal-Quadras reflexiona sobre el mundo de los valores, la importancia de la familia, de mantenerla unida y de lo fácil que es caer en poder de Eghon y sus heptarcas.
Para los nuevos lectores de la saga, que no hayan leído la primera entrega, podrían representar un pequeño problema los tres o cuatro primeros capítulos, pero el autor lo ha previsto, y nos ayuda a entender su mundo con un apéndice (lexicon) con el vocabulario completo del mundo de Vábienlor.
Reitero mi opinión de aquella primera entrega: es una novela que a nadie dejará indiferente.

Francisco Javier Illán Vivas


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista