Todos esperamos con ansía las vacaciones para romper con la rutina, descansar y pasar más tiempo con los nuestros. Sin embargo, no siempre es fácil planificar estos días de descanso con niños. Los más pequeños requieren una atención, unos servicios y unas precauciones especiales: desde el equipaje adecuado hasta las actividades que vamos a desarrollar para ocupar su tiempo libre. Por ello, es importante que tomemos en cuenta algunas consideraciones para que este periodo resulte lo más placentero posible.
Para empezar, en vacaciones es importante que todos los miembros de la familia pueden disfrutar y descansar, pero sobre todo, para que las vacaciones sean un éxito tenemos que ser capaces de cambiar nuestra mentalidad, nuestros ritmos y adaptar nuestras apetencias a los niños, para disfrutando, jugando y hablando con ellos, sin las prisas y los agobios de la vida cotidiana. Disponer de más tiempo libre nos permite mejorar la comunicación con nuestros hijos y compartir momentos que durante el resto del año son imposibles de realizar.
Si viajamos con pequeños, debemos dedicar tiempo a organizar el viaje con antelación. Si el niño ya es más mayor, es importante que lo impliquemos en la medida de lo posible en la planificación del viaje, que lo escuchemos y tengamos en cuenta sus opiniones y sugerencias, eso ayudará a que sepa qué va a encontrarse y a disfrutar anticipadamente, con ilusión, de las actividades que vamos a realizar.
A la hora de programar las actividades para este periodo es importante intentar buscar el equilibrio entre el tiempo de actividad y el tiempo de ocio. Debemos intentar que cubran aspectos educativos, de convivencia y de diversión. Algunas sugerencias son: proponerles pequeñas tareas domésticas, realizar actividades al aire libre aprovechando el buen tiempo, reservar algún momento para la lectura en tranquilidad y aprovechar para hablar más de lo habitual con la familia para reforzar la comunicación familiar.
La época estival es la más adecuada para ayudar a crear, mejorar y reforzar los vínculos afectivos entre todos los miembros de la familia, así como una oportunidad única para favorecer de forma divertida y relajada aquellos hábitos que consideremos importantes para su formación como personas.