Hacía tiempo que no escribía sobre mis queridas islas Canarias. Y ahora que se aproximan las vacaciones de Navidad me parece oportuno volver a hacerlo, en concreto con una de las islas más atractivas por su variedad tanto en planes, actividades y excursiones como en parajes. Me refiero a Lanzarote, prodigio de la naturaleza y ejemplo de urbanismo.
Desde los hoteles que Barceló ofrece en la isla, en Costa Teguise, podremos visitar facilmente cualquier punto de la isla. Os cuento cuáles son mis favoritos. Empezamos por el pueblo de Teguise, muy cerca de cualquiera de los tres hoteles Barceló y uno de mis favoritos. A pesar de su belleza, suele haber poco turismo. Sus calles son adoquinadas y las casas están encaladas, armónicamente decoradas con los marcos de puertas y ventanas pintados de verde. Los balcones son de estilo colonial canario y un vía crucis recorre las calles del pueblo dejando grandes cruces de madera por los rincones más insólitos. También encontraréis tiendas con productos típicos, regalos, recuerdos, moda y marroquinería. También el pueblo de Yaiza es muy pintoresco, en el mismo estilo que Teguise.
Otro de mis lugares favoritos es La Geria, donde se cultivan vides de uva Malvasía, (en Lanzarote hay una importante producción vinícola) pero como la isla es muy ventosa, llueve poco y la tierra es volcánica, árida y rocosa, se creó este sistema de cultivo. Con las piedras volcánicas construyen unos muretes de forma semicircular, en su interior se cava un poco y se plantan las vides. De esta manera se recoge mejor el agua de la lluvia, se aprovecha la humedad del rocío y la condensación del agua y además se protege la planta del fuerte viento. El resultado agrícola es perfecto, pero el visual es un espectáculo. La naturaleza contra el ingenio humano.
Otro de los atractivos turísticos más famosos de la isla son los Jameos del Agua. allí encontraréis unos cangrejos albinos, blancos como la leche porque viven en una cueva y nunca les da el sol. Están protegidísimos y fascinan por su curiosidad a niños y grandes. Los Jameos son un extraño fenómeno de la naturaleza, son cómo túneles volcánicos bajo el nivel del mar que fueron convertidos por César Manrique en un lugar extraño y curioso. César Manrique fue un artista moderno que triunfó fuera de España y cuando volvió a Lanzarote le dieron carta blanca para preservar la isla de las construcciones masivas. Impuso un severo reglamento que aún se respeta, y gracias a él la isla es un ejemplo urbanístico en el que el progreso no está reñido con la naturaleza ni con las tradiciones. Lanzarote es ejemplo de construcción sensata, armónica y acorde con el medio ambiente.
También podemos parar en la Cueva de los verdes o en el Jardín de Cactus. En esa zona, desde Orzola hacia los Jameos se encuentra otro de mis lugares o paisajes favoritos de la isla. La carretera atraviesa un lugar increíble, de arena blanca como la leche en contraste con la lava negra y el azul del mar.
También merece la pena visitar Puerto del Carmen, es muy bullicioso, hay miles de tiendas turísticas, bares, restaurantes y mucha gente, pero las vistas de la puesta del sol son bonitas.
Como playas hay varias, desde el papagayo hasta Famara, la playa que prefieren los surfistas. Caleta Famara es una playa maravillosa al norte de la Isla, se puede aprovechar y visitar el Mirador del Río, desde dónde se ve la Isla Graciosa. En Famara suele estar nublado, pero si tenéis suerte y hace sol, el día será inolvidable pues es una de las playas más bonitas que he visitado por sus montañas que caen al mar como toboganes, la arena y las gerias que han construido para resguardarse del vendaval que suele hacer en Famara.
Si tenéis tiempo será inolvidable la excursión a la isla de la Graciosa.
Para llegar hasta esta pequeña isla situada en el norte de Lanzarote, hay que ir hasta un pueblo que se llama Orzola y coger un transbordador que en quince minutos te deja en La Graciosa. Una vez allí hay que alquilar un todo terreno, todos están aparcados a la llegada del ferry y tienen conductor. Te dan un paseo precioso por toda la isla. No hay carreteras, sino caminos de tierra y unas playas, volcanes y acantilados espectaculares. Después de la vuelta, en el pequeño puerto de la isla se puede comer en varios restaurantes, sencillos pero perfectos para una jornada diferente. Desde el norte de la Graciosa se ve la otra isla, el islote de Alegranza. Es un lugar mágico, alejado de todo y con una mezcla de colores de lo más inspiradora.
Otra ruta que os recomiendo es ir al Parque Natural del Timanfaya y la Montaña de Fuego. Un autobús hace un recorrido de aproximadamente una hora entre los volcanes, muchos aún en activo. El paisaje es fascinante, hulla, ceniza, lava negra, piedras rojas y amarillas, líquenes que parecen crecer por arte de magia.
Los Hervideros, es una zona acantilada, donde la lava calló al mar formando curiosas cavidades por las que ahora entra el agua de mar. Es muy bonito, y cerca está el lago verde del Golfo y las salinas. En el Pueblo del Golfo hay restaurantes al borde del mar para comer pescado, muy agradable.
En definitiva, es Lanzarote un lugar mágico, donde descansar pero también con muchas rutas y lugares únicos para visitar. Barceló tiene tres hoteles en Costa Teguise para poder escoger el plan que mejor se adapte a nuestros gustos, o a la familia. El Hotel Occidental Lanzarote Mar es ideal para viajar con niños. Los monitores se ocuparán durante la mañana de organizarles actividades que los mantendrán entretenidos mientras los mayores descansas. El hotel Teguise Beach es sin embargo, solo para adultos. Moderno y recién remodelado, cuenta con varias piscinas y un Spa. el descanso total junto al mar y los volcanes. Y el Hotel Occidental Lanzarote Playa, junto a la playa del Ancla, dispone de fabulosas suites, estupenda gastronomía, fitness y todos los servicios que sólo un grupo como Barceló puede ofrecer para unas vacaciones inolvidables.
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¡Felices vacaciones!