Este año por diversos motivos pensaba que no me iría de vacaciones, acaso algún fin de semana de escapada, pero a veces hay cosas inesperadas muy agradables.
Decidimos irnos unos días al sur por el tema del tiempo y Huelva era uno de los lugares que aunque pasamos una vez de refilón no conociamos, pues cuando nos vamos de vacaciones nos gusta recorrer los pueblos o ciudades alrededor.
Nada mejor que empezar las vacaciones con una parada enValladolid para conocer a Julia, una amiga bloguera del blog CIENTO VOLANDO
Cuando me enteré que iba a ser abuela le dije que le haría unos baberos para Héctor y como mi hijo vive en Valladolid en uno de los viajes se los llevaría, pero este verano fué complicado y no pude ir, asi que cuando pasé para Huelva se los llevé. Casi llega el niño antes que los baberos.
Fué un encuentro fabuloso,estuvimos con nuestros maridos charlando alrededor de una taza de café y charlamos y charlamos sin parar como si nos conociesemos de toda la vida. Julia es estupenda y muy generosa y me sorprendió con dos regalos preciosos hechos por ella.
Baberos para Héctor y marcapáginas para Julia que es una gran lectora.
Reloj y colgante hechos por Julia.
Una gran alegria gracias a internet y su mundo.
Bueno os dejo unas fotos de mis vacaciones.
Este año el tiempo ha sido generoso con las vacaciones tardías y nos pudimos bañar y tomar el sol
Una escapada a la Rábida y Palos para recordar a Cristobal Colón
Siempre me llamó la atención la imagen que salia en las viejas enciclopedias de las minas de Riotinto asi que tenia que verlo en vivo. Siempre que viajo por España que creo que me la conozco entera, pienso que poco puede quedar que me sorprenda, pero este paisaje me dejó con la boca abierta.
Cuando te acercas al pueblo piensas que quizá no se pueda ver nada, pues las minas estan cerradas pero la carretera cruza por medio de parte de la mina y según tomas la curva parece que estas en Marte.
Esto es la parte más pequeña según nos dijeron, pero la otra parte está cerrada al público.
Y como colofón al viaje no podía faltar una visita, aunque fuese rápida, a mi querido Sanlucar de Barrameda,digo querido porque hace 34 años, recien casada me fuí a vivir allí y fué MARAVILLOSO, se me metió en el alma y forma parte de mí.
Ya he vuelto más veces pero cada vez me da más añoranza,¿Será la edad , lo que ha cambiado o la cantidad de personas que conocí que ya no estan?Bueno siempre me encanta volver.
El edificio Doñana donde viví.
Su calzada, con el hotel Guadalquivir, donde pasé la nochevieja del 79 al 80.Buen sitio para comenzar los 80.
Los grandes edificios de las bodegas que le dan un aire especial y ese olor a manzanilla
La vieja capitania de Marina y el hotel
El mercado sigue prácticamente igual, los puestos de higos chumbos y cabrillas en la cuesta de entrada
Patios maravillosos siempre, pero en verano,una delicia.
Y como no, un alto para saborear una manzanilla, o un oloroso y unas tortillitas de camarones.
Una confidencia, a veces cuando me entra la morriña de mi Sanlucar, compro una botella de manzanilla, cierro los ojos y solo olerla me parece que estoy paseando por sus calles.
Una parada a la vuelta en la señorial Cáceres, que aunque sí la conocía merece la pena volver.
Y para volver a la rutina pero sin agobios un par de tontaas.
Una bandeja para dejar las llaves que los guisantes como que no iban mucho y un cambio de look al salero que desentonaba con todo en blanco y gris y no era como para arrinconarlo y gastarme 15 euros en uno nuevo para tunearlo, tuneo este y listo.Una tira de tela con velcro y se puede lavar.
Y mientras me pongo al día con vuestros blogs un montón de abrazos
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