Un grupo de investigadores chinos de la Universidad Agrícola de China, ha logrado crear un grupo de 17 vacas que producen leche similar a la leche materna humana. A través de las técnicas de modificación genética, los investigadores han introducido genes humanos en los embriones vacunos para que una vez en estado adulto, puedan producir leche con alto contenido en lisozima, elemento presente en la saliva, las lágrimas o la leche humana. En este caso, la lisozima es parte del sistema inmune innato y un contenido reducido se asocia a la displasia broncopulmonar en recién nacidos. Hay que decir además, que la lisozima ejerce un efecto protector ante elementos patógenos como la salmonella, una alimentación de fórmula infantil sin lisozima aumenta hasta tres veces la tasa de enfermedades diarreicas.
Los investigadores han pretendido encontrar una alternativa a la leche de fórmula ofreciendo una alimentación rica en elementos proteínicos importantes como el citado, y con otras proteínas como la alpha-lactalbumina y la lactoferrina, a fin de potenciar el sistema inmune y reducir las enfermedades e infecciones de los recién nacidos que deben tomar leche de fórmula durante los primeros meses de vida, al no poder disfrutar de la lactancia materna. El caso es que ya se ha desarrollado un pequeño grupo de vacas que producen leche similar a la leche materna humana, los especialistas creen que es una opción viable afirmando que el valor nutricional es similar y no plantea riesgos para la salud. En este punto debemos decir que se trata de un alimento modificado genéticamente y que se deben realizar estudios a largo plazo antes de sacar conclusiones.
La leche obtenida de vacas modificadas genéticamente genera optimismo entre los investigadores e indican que en un plazo de 10 años podría comercializarse, pero como ya hemos dicho antes, adelantar acontecimientos no es recomendable. En más de una ocasión unos estudios y unos primeros resultados satisfactorios han terminado truncándose. El trabajo de los investigadores chinos reabre la polémica en torno al consumo de alimentos obtenidos a partir de animales modificados genéticamente, en la evolución, difícilmente se conjugarían los genes bovinos y humanos, nos encontramos ante un nuevo alimento del que se desconocen sus efectos a largo plazo. Posiblemente más de un investigador citará que los dos alimentos, leche de vaca normal y leche de vaca modificada genéticamente, son equivalentes y por tanto son seguros, algo que ya se dice de los alimentos transgénicos como el trigo, el maíz o la soja.
Estamos hablando de la alimentación de bebés, por lo que las pruebas a realizar deben ser muy exhaustivas y metódicas, por supuesto los resultados deberían ser supervisados por un comité de investigación internacional que acredite y certifique los procedimientos y los resultados obtenidos. Los grupos ecologistas no han tardado en reaccionar y muestran gran preocupación por este tipo de trabajos y sobre todo por los procedimientos y pasos realizados. Los animales transgénicos están produciendo leche de vaca similar a la leche humana para la lactancia, y creemos que no sólo se deben analizar los valores de los elementos citados, también cómo puede la alteración genética afectar a la estructura de la leche procedente de un animal.
En nuestra opinión, existen alternativas a este tipo de productos, sorprende saber que se cataloga como un riesgo dar leche materna de otras madres a los bebés y en cambio se contempla con buenos ojos una leche de vaca modificada genéticamente para la alimentación de un bebé. De todos modos, no hay que adelantar acontecimientos y esperaremos a conocer más detalles sobre el avance de las investigaciones. Puedes conocer el estudio a través de la publicación digital Public Library of Science One.
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Vacas que producen leche similar a la leche materna humana
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