La ciudad se va desmoronado
Haciendo obra y polvo entre los caños
Al final
Ves solo espuma,
solo pasto largo que oculta ratas y páramo dormido.
Luego
unos cuantos morros, unas canteras
unas calvas montañas hechas de tierra sucia
y sin algo de agua en su nostalgia
es lo que va quedando del saqueo.
La desolación es un tiro bien disparado
al final te quedas viendo un pequeño cuadro:
una casita con chimenea y riachuelo,
mucho verde e infancia entre las nubes
y el color parece el paraíso insistiendo en un camino
Pero estás del otro lado
en una caja de fósforos a punto de estallar
por la gripa, los zancudos y el ladrón que va abriendo
la puerta de cualquier pasillo desesperado en tu añoranza.
La ciudad siempre va muriéndose en lo marginal
hacia donde van las cloacas, las canciones populares
y los campesinos desplazados.
Algo igual parece reflejarte el espejo
Cuando asomas tus cinturones de miseria
Desde el mismo vaciadero de tu alma.