Revista Arquitectura

Vaillo+Irigaray: últimas obras

Por Proyectosinergias
Vaillo+Irigaray: últimas obras
Hace un tiempo hablé sobre la joyería D del estudio Vaillo+Irigaray. En esta ocasión me gustaría enseñaros dos de las últimas obras de este estudio navarro. Ambos tiene un lenguaje bastante sugerente a la vez que abstracto, ya sea por la potente volumetría o por los materiales empleados.
 
La imagen de la izquierda corresponde a un edificio de oficinas para Audenasa, situado en Noain (España).  Vaillo+Irigaray: últimas obras
El edificio ofrece una imagen derivada de su propia génesis morfológica: una pastilla suspendida, casi flotando sobre la suave ladera verde; contorsionada levemente —repitiendo los mismos gestos que la topografía— y que ofrece un gesto de sucesivas costillas cóncavas para protegerse del sol: En un paisaje plano —casi de una sola dimensión— como es el de la autopista, inconmensurablemente longitudinal, el edificio desde donde se controla y dirige la propia empresa, se contorsiona, y se erige como atalaya (también longitudinal), como nuevo “mirador”, observador... Dos losas de hormigón encintan la celosía de acero cor-ten al Sur y sillares de neumáticos reutilizados al Norte. La imagen del conjunto pretende establecer vínculos cercanos a infraestructuras ligadas al movimiento y al transporte, y quizás apartadas de las habituales lecturas urbanas en programas similares. Más información.
La segunda obra se trata de una Central de Recogida de Residuos Urbanos en Pamplona (España).
  Vaillo+Irigaray: últimas obras
Una Central de Recogida de Residuos Urbanos es un edificio limpio: es una edificación capaz de convivir con el resto de usos de una ciudad: no es un edificio que haya que esconder: sin embargo la mayoría de ellos resultan edificios fabriles, industriales, “ciegos”, insensibles al entorno,...
En este sentido se ha querido dotar a esta central de ciertos rasgos bio-mórficos, capaces de acentuar su personalidad para la convivencia: es un edificio que mira y huele: posee nariz y ojo.
Su propio funcionamiento interno – sin embargo- exige un edificio de tripas ruidosas: para ello es necesario generar un edificio con diferentes caparazones y capas de protección acústica: para ello se genera un edificio con escamas. Un recubrimiento reconocible y dotado de una escala capaz de asemejarse mediante algún tipo de mimesis –quizárs conceptual- a las peculiaridades del lugar y de la “cultura” que debe generar: cultura ecolórgica, una “cultura verde”.
Más información.
Más información sobre este estudio en su web: www.vailloirigaray.com

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