El idilio de la gente del Manchester City con Tevez está en su cenit. Capitán, referente, goleador, ídolo y figura de los Citizens. Es el primero en tirar para adelante, pese a que su relación con el entrenador Mancini, muy poco ambicioso en sus planteos, no es la mejor. Si el equipo, pese a decepcionar en varios tramos, sigue prendido en la Premier League, buena parte se la debe a los goles de Carlitos. Sin embargo, el Apache no es totalmente feliz, al menos eso parece por sus reiteradas manifestaciones sobre dejar el fútbol en un tiempo no muy largo, el extrañar demasiado a sus hijas o distintos rumores sobre una posible marcha en el próximo mercado de traspasos.
El jeque Mansour bin Zayed ni se quiere imaginar un panorama sin su principal joya o protestas del público por la pérdida de su hombre más carismático y querido. Para sacarle esas ideas de la cabeza, el multimillonario árabe hará lo que mejor sabe hacer: pelar la billetera para transformarlo en el jugador mejor pago del mundo entero. La oferta de renovación le traería una suma de 21 millones de dólares por temporada, una cifra desorbitante e inigualable. Ni Lionel Messi o Cristiano Ronaldo se acercan en sus salarios -otra cosa es lo que facturan por el añadido de la publicidad- a lo que podría llegar a embolsar el ex Boca. El problema es que la felicidad no se compra, y si el atacante sigue con nostalgia por la Argentina y sus hijas, los billetes no lo conformarán.
Otro que está en estado de gracia y al que se vincula con varios, varios millones es Pastore. En su segunda temporada
Ante tantos intereses y un rendimiento en pleno crecimiento por parte del ex Huracán, Zamparini, quien ya dijo que lo ve con más futuro que Messi, lo tasó en 60 millones de euros. Ése es el piso para empezar a negociar por Pastore.
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