La posición del Valencia CF en el actual campeonato nacional de Liga es bastante delicada. Una plantilla confeccionada para pelear por los puestos nobles de la clasificación se está viendo obligada a pelear por eludir la zona caliente de la misma.
Por calidad es evidente que el conjunto che debería salir sin problemas de esta coyuntura clasificatoria pero es cierto que la dinámica no es la mejor y los resultados no acaban de acompañar. Una plantilla con futbolistas de la talla de Diego Alves, Shkodran Mustafi, Dani Parejo, Álvaro Negredo o Paco Alcacer debería estar peleando por los puestos europeos, pero la realidad es que ahora mismo su objetivo es finalizar la temporada sin pasar apuros. Pero, ¿podía alguien prever esta situación?
Es complicado analizar en unas pocas lineas los motivos por los que un equipo que el curso pasado realizó buen fútbol y que finalizó en cuarta posición perdiendo sólo 5 encuentros, está en está situación sólo unos meses después. El técnico era el mismo que llevó al conjunto de Mestalla a disputar la Champions League y el equipo tampoco perdió demasiados efectivos.
La marcha de un baluarte defensivo como Nicolás Otamendi no puede explicar, por si sola, el bajón en el rendimiento pero los datos son claros. En la jornada 24ª, el Valencia CF ha encajado 25 goles, sólo 7 menos que en toda la Liga 2014/2015. Tal vez sumando a la salida del argentino la lesión de Diego Alves y el pobre bagaje ofrecido por el, a priori, sustituto del hoy jugador del Manchester City, Aymen Abdennour podamos encontrar una respuesta.
El affaire Negredo, ese que nunca existió, tampoco favoreció al preparador luso a la hora de llevar con mano certera el vestuario. Dejar fuera del equipo a una pieza importante como es Álvaro Negredo es un lujo que pocos técnicos en el mundo se pueden permitir. Servidor siempre ha pensado que ningún entrenador debería dejar fuera a ningún futbolista, ya que nunca se sabe como vendrá la mano. Nuno lo hizo y la jugada le salió mal.
Un ambiente enrarecido, una mala racha de resultados (12 partidos sin ganar, desde el 7 de noviembre hasta el 13 de febrero) y las ideas poco claras han sido el caldo de cultivo idóneo que ha dado con los huesos del luso fuera del banquillo de Mestalla y con el conjunto valencianista lejos de las posiciones europeas.
En todo colectivo deportivo es muy importante la dinámica de grupo. Supongo que un psicólogo lo podrá explicar mejor pero creo que es un hecho que si el grupo se mantiene unido y trabaja con seriedad, los resultados acabarán llegando. El ejemplo más claro es el del Leicester City. Conseguirlo no es fácil, pero si no se ponen los cimientos adecuados, el resultado puede ser catastrófico.
Un gran club como el Valencia CF, debería permanecer en la Liga BBVA, pero los resultados son los que mandan y no sería la primera vez que grandes plantillas han descendido. Todavía queda mucha competición y hay tiempo para enderezar el rumbo, pero deben remar todos en la misma dirección o el barco terminará hundiéndose.