Valencia y Barcelona, protagonistas de un gran espectáculo

En tiempos en los que mucho se debate acerca de una bipolaridad que existe pero que de ninguna forma impide que equipos en la teoría inferiores puedan empatar o incluso vencer a quienes ya desde hace un largo tiempo ejercen un claro dominio, Barcelona y Valencia protagonizaron un autentico partidazo en Mestalla, igualando 2-2 y entregando momentos realmente agradables.

Las expectativas que en la previa giraban en torno al encuentro, se vieron absolutamente correspondidas con el devenir de un choque atrapanate, que si bien termino justamente igualado, pudo haberse decantado para cualquiera de los dos lados.

Extrañamente no era el Barça el que acudía al duelo en lo más alto de la tabla de posiciones, sino el Valencia, su rival, que había ganado sus tres partidos y llegaba en su momento más dulce. Confiado en que ante el equipo al que todos quieren vencer y que había despejado cualquier tipo de duda entorno a un posible bajón de tensión goleando en el Camp Nou al Osasuna (8-0) también iba a poder exhibir su muy buen funcionamiento, como a la postre termino haciendo.

Durante prácticamente una hora, el Valencia jugó un encuentro sensacional. Tácticamente perfecto. Presionando al Barça en todos los sectores del campo, quitándole espacios, atreviéndose a discutirle la posesión del balón y aprovechando el sector izquierdo –el derecho del fondo blaugrana- para lastimar.

Ante un rival nada sencillo, Guardiola decidió arriesgar plantando nuevamente una línea de tres que esta vez no funcionó. Dani Alves jugo adelantado y ese espacio vacío que no fue bien cubierto por Mascherano fue usufructuado por Mathieu, gestor de las principales opciones con las que contó un Valencia que se adelantó en el marcador a los 12 minutos de juego, luego de un centro del mismísimo lateral francés que Abidal acabó introduciendo en su propio arco.

Dos minutos después y habilitado por Messi igualó Pedro, quien convirtió un muy buen gol que sin embargo no despertó al Barcelona ni alteró el desarrollo de un encuentro en el que el Valencia siguió ejerciendo una clara superioridad, de la que volvió a sacar provecho a los 23, marcando esta vez por intermedio de Pablo Hernández, quien con acierto finalizó una acción iniciada una vez mas por izquierda. Posteriormente, el local hasta pudo aumentar su ventaja con una ocasión que Soldado desperdició increíblemente.

Consiente de su error, Guardiola alteró su plan inicial iniciado el complemento y situó a Dani Alves en el lateral, volviendo a conformar una línea de cuatro que le dio más consistencia defensiva a un Barcelona al que de todas formas le siguió costando hallar los caminos al gol.

Banega seguía ejerciendo de patrón y aunque el Valencia ya no lastimaba como en los 45 iniciales, tampoco sufría, no al menos hasta que Guardiola decidió hacer ingresar a Adriano y a Thiago, quien oxigenó un centro del campo hasta ese momento atascado y posibilitó la liberación de Xavi, quien creció a nivel individual e hizo crecer a su equipo a nivel colectivo.

Avisó Mascherano, estrellando un remate en el travesaño, y también Messi, quien falló un mano a mano ante Guaita. Fue una premonición de lo que se venia. Cuando aun restaban trece minutos, Messi asistió brillantemente a Cesc y el ex Arsenal no falló, ajusticiando al arquero con un remate colocado y posibilitando así, la igualdad de un Barca que hasta pudo ganarlo en el final, cuando el Valencia ya aguantaba como podía, luego de otra acción increíble de Messi que Villa fue incapaz de finalizar con acierto.

Terminó igualado y la verdad es que fue justo. Consiciente de que puede y debe al menos intentar pelear por el titulo, el Valencia se mantiene en la vanguardia a la espera de lo que suceda con el sorprendente Betis. Barcelona ya piensa en su próximo compromiso, ante el Atlético de Madrid del intratable Radamel Falcao. Nada menos.