La Contabilidad tradicional tiende, muchas veces, a subestimar el verdadero valor de una empresa. ¿Alguien puede imaginar que Bill Gates quiera vender Microsoft por el valor que figura en sus libros contables? La respuesta es obviamente negativa. Pero, ¿qué tiene Microsoft que hace que su valor real sea mayor que su valor en libros? La respuesta es sencilla; sin embargo, su contabilización y presentación no lo es. Todos saben que Microsoft vale más de lo que figura en sus libros contables, pero nadie lo puede materializar. La contabilidad, tal cual como fue concebida, no se encuentra preparada para registrar y presentar este tipo de información porque no toma en cuenta aquellos elementos que hacen a las empresas realmente competitivas: el servicio al cliente, las redes de distribución, la relación con proveedores, la imagen, la investigación y el desarrollo, el posicionamiento en el mercado, el know-how, entre otros. Luego, son los activos intangibles autogenerados los que crean (como se verá más adelante) distorsiones entre el valor de mercado y el valor en libros presentado en los estados financieros. Asimismo, los intangibles permiten obtener ventajas sostenibles en el tiempo. Sin embargo, presentan una mayor dificultad en su registro, lo que implica un reto para los contadores de las empresas que los deban cuantificar. Según un estudio hecho por Leif Edvinsson y Michael S. Malone1, cerca del 70 - 80% del valor real de las principales empresas que cotizan en la Bolsa de Nueva York ha sido generado por sus intangibles. No obstante, tanto los auditores como los contadores y gerentes siguen preocupados por pedir y revisar los estados financieros de las empresas, los cuales muestran solamente el 20% del valor de la misma. Son pocas las compañías en el mundo que actualmente llevan un registro de sus activos intangibles autogenerados. Podríamos mencionar casos específicos como Xerox, Skandia, Celemi y Microsoft, por citar las más importantes. Por ejemplo, Skandia trabaja en la medición y gestión de sus activos intangibles, así como en su difusión. Para poder cumplir con sus objetivos con respecto a niveles de calidad, a la creación de una imagen o a la satisfacción de sus consumidores, la empresa presenta unos indicadores que trata de mejorar cada año. Estos indicadores miden el desempeño de los activos intangibles de la empresa, diferenciándolos según las distintas áreas con las que esta cuenta (finanzas, recursos humanos, clientes, procedimientos y renovación y desarrollo). No crea usted que este tema es únicamente aplicable a empresas americanas. En Perú existen muchos ejemplos de empresas cuyo valor de mercado es mayor que su valor en libros. Volviendo a la interrogante inicial, nadie pensará que puede comprar, al Sr. Erasmo Wong, los Supermercados E.Wong pagando su valor en libros. Otra pregunta que usted se puede hacer es: ¿valen más los activos tangibles de Importaciones Hiraoka o la fidelidad de los clientes y la confianza que tienen al momento de comprar un artefacto? ¿No es acaso esta una de las principales ventajas competitivas que tienen muchas empresas? ¿Cuántas oportunidades de financiamiento a menudo pierden las empresas por no utilizar los intangibles como garantía? Entre 1996 y 1997, once empresas peruanas dieron en garantía sus marcas, por más de US$ 27,5 millones. Generalmente, si alguien da en garantía una máquina, puede comprar otra sin problema alguno; pero es difícil crear una nueva marca o patente. Por ejemplo, a los dueños de empresas como D´onofrio o Backus, les tomó más de 100 años desarrollar sus respectivas marcas.De esta forma, debemos averiguar cuál es la mejor manera de explotar los activos intangibles para obtener una posición privilegiada en el mercado. Es aquí donde entra a tallar la importancia de crear una herramienta adecuada, que permita eliminar distorsiones en los estados financieros y que proporcione la información más real de la situación de la empresa para su respectiva valoración. Si no los valorizamos, no los conocemos, y si no los conocemos, ergo, no los explotamos.Pero, ¿cómo podemos alcanzar esta meta?
En primer lugar, debe implantarse un cambio radical en la contabilidad tradicional, un cambio en los esquemas mentales de cómo llevar los registros. Para valorizar los activos intangibles, no se puede hacer uso del método tradicional, se necesita de innovación y concertación entre las diferentes posturas ya establecidas.
En segundo lugar, debemos tener en cuenta que los activos intangibles ya no representan la parte soft de una empresa, sino elementos que se pueden y deben cuantificar para poder utilizarlos en beneficio de la misma.
En tercer lugar, se debe replantear la clasificación tradicional de estos activos, donde no se toman en cuenta los activos intangibles autogenerados por la empresa, como el conocimiento, expertise y los otros antes mencionados en el presente artículo. De esta forma, la contabilidad no se retrasa con relación a la evolución del mercado.Asimismo, es necesario realizar una adecuada clasificación de este tipo de activos. Una posibilidad es que las empresas clasifiquen sus activos intangibles a través de los diferentes departamentos o áreas que posee la institución. Así, vemos activos que permiten ganar ventajas competitivas y comparativas a las empresas. Sin embargo, ¿cuánto valen estos activos?, ¿cómo los cuantificamos? Este es el reto que debemos enfrentar, el cual es muy alentador y motiva a seguir investigando para llegar a perfeccionar la contabilidad.