Hola! Si es la primera vez que visitas nuestro blog, podés suscribirte para recibir las novedades por mail.Powered by WP Greet Box WordPress Plugin
Si tuviera que definir la urbanización de Valparaíso pensaría en un enorme anfiteatro, en cuyas gradas formadas por cerros se levantan cientos de casas coloridas y cuyo escenario principal es el puerto y el mar. Ese imponente océano Pacífico que tantas veces sirvió de inspiración a Pablo Neruda y que tantas veces fue surcado por barcos comerciales y piratas.
Como les conté en el post anterior, Valparaíso es una ciudad para caminarla. Hay que recorrerla a pie para observar sus detalles, sus paredes pintadas, sus gatos, sus perros, sus negocios y su vida cotidiana.
Valparaíso es una ciudad-puerto, con su centro histórico principal en lo que llaman “el plan” (plano), donde se ubican los principales edificios históricos y plazas. Una de las plazas más concurridas y desde donde se pueden comenzar las caminatas por la ciudad es la Plaza Sotomayor, frente al muelle Pratt. En el muelle es posible observar parte del puerto y tomar alguna pequeña embarcación para recorrer la costa.
La mayoría de la población vive en los llamados cerros y trabaja en “el plan”. En el siglo xix y ante la necesidad de comunicación entre estos dos sectores de la ciudad, se construyeron los famosos ascensores: “cajones de madera” que suben y bajan por las laderas durante casi todo el día. En los primeros años del siglo xx llegaron a ser 30, pero en la actualidad solo funcionan algunos, como el del cerro Artillería, el de Concepción y el Reina Victoria, entre otros.
Vista del ascensor en el cerro Artillería, en 2009 (en la primera foto) y en 2013 (en las que le siguen). Los colores van ganando todos los rincones de la ciudad.
Ascensores pintados en las paredes.
Ascensor Reina Victoria.
En general, cada uno de los ascensores está asociado a un paseo y/o mirador. Los paseos no son más que calles por las que se recomienda eso, pasear. Existe el paseo Gervasoni, el Atkinson, el Yugoslavo y el 21 de mayo, entre otros. Entre los miradores están el mirador O´Higgings y Portales. Todos se descubren caminando. Creo que puedo afirmar que no se necesita un mapa.
Los cerros presentan características socioeconómicas diferentes, por lo tanto, no todos se desarrollaron turísticamente. Los cerros donde se instalaron la mayor cantidad de bares y hoteles en casas antiguas, donde se reciclaron edificios para convertirlos en lugares multiculturales y donde se concentra la mayor movida viajera son los cerros Concepcion, Alegre, Panteón y Bella Vista.
Nuestro segundo paso por esta hermosa ciudad fue de la mano de María José y Deya, dos chicas de couchsurfing que viven en Quilpué, una localidad del Gran Valparaíso unida con la zona portuaria a través de un moderno tren.
Además de caminar mucho, nos llevaron a conocer el trabajo que realizan junto con el Taller de Acción Comunitaria (TAC) en el cerro Cordillera, una zona casi prohibida para el viajero, a la que los locales recomiendan no ir.
La Sebastiana
La Sebastiana es una de las tres casas que el poeta chileno Pablo Neruda tuvo en su país. La Sebastiana se encuentra en el cerro Florida, desde donde el autor tenía unas vistas espectaculares de la ciudad y del puerto y desde donde era un observador privilegiado de los fuegos artificiales cada 31 de diciembre que pasaba allí. La casa se inauguró en 1961 con una gran fiesta, fue saqueada después del golpe militar de 1973 y, finalmente, reconstruida en 1991 con el aporte económico de Telefónica de España.
Si bien en esta oportunidad no la recorrimos en su interior, nos sentamos en el jardín y jugamos a Atahualpa. ¿Se acuerdan? Atahualpa decía que recordad es vivir dos veces, así que nos pusimos a rememorar las sensaciones de nuestra última visita. Lo primero que nos vino a la mente fue el cartel que leímos en su entrada en el que decía que Neruda se consideraba “cosista”. Y nos sentimos plenamente identificados.
La Sebastiana y algunas fotos del camino para llegar hasta la misma.
Valparaíso es una ciudad que te invita a usar la bici, pero es necesario tener un entrenamiento especial para eso.
Valparaíso es una de esas ciudades que todos deberíamos conocer, disfrutar y jugar con ella a “Atahualpa”.
Información útil
La única oficina de turismo donde se puede conseguir información y mapas se encuentra en el muelle Pratt, pero no está a simple vista, sino que es necesario caminar hasta el final de los puestos de artesanías para verla. Los mapas que reparten son útiles. En realidad, también hay otro punto de información en la casa de Neruda, La Sebastiana, pero no siempre hay buena info sobre la ciudad.
La Sebastiana se ubica en Ferrari 692. Permanece abierta de martes a domingos, de 10 a 18. Los lunes está cerrada. En los meses de verano (enero y febrero) suele estar abierta una hora más. En 2013, el valor de la entrada general es 4.000 pesos chilenos (alrededor de 4,5 dólares). Para estudiantes, 1.500 pesos chilenos.
¿Cómo llegar a Valparaíso?
Valparaíso se ubica a 112 km de Santiago de Chile. Desde Santiago salen buses cada 15 o 30 minutos (según el día) desde la terminal de buses Pajaritos (Estación Pajaritos de la línea 1 del metro de Santiago). El valor es entre 2.000 y 5.000 pesos chilenos, de acuerdo con las promociones y la época del año. En las vacaciones de verano suele aumentar el precio.
Desde Santiago de Chile en auto se demora una hora 30 minutos aproximadamente, por la ruta 68.
Desde Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana u otra localidad cercana se puede llegar en buses locales (con precios que varían entre los 300 y los 600 pesos chilenos) o en el tren.
í