Páginas: 512
ISBN: 9781595143105
Precio: unos 8€ en Bookdepository.
Leí este libro allá por el mes de octubre, pero como se me acumulan las opiniones fui dejando esta de lado porque sé que al tratarse de un libro no traducido al castellano (por ahora) seguramente interesará a poca gente. Es el cuarto libro de la saga Vampire Academy, que posiblemente os sonará porque cada dos por tres os doy la vara con ella, tanto en las opiniones de las novelas que la componen como en las de otros libros juveniles donde la menciono como modelo a seguir (que no a copiar). Y sin más preámbulos, paso a hablaros del libro.
¿Y cómo es Vampire Academy?
O lo que es lo mismo: un recordatorio de mi opinión general sobre la saga para aquellos que no la conozcan. Vampire Academy es una serie de vampiros, pero no unos vampiros cualquiera. Aquí los tenemos de dos clases distintas, inspirados en la mitología del este: los strigoi son los vampiros malvados que no tienen corazón y cuya única meta en la vida consiste en eliminar a sus rivales, mientras que los moroi solamente beben la sangre de donantes y, salvo por su apariencia, podrían pasar por personas humanas con sentimientos y moral. A esta troupe debemos añadir a los dhampir, mezcla de humanos y vampiros, que en esta historia se encargan de proteger a los moroi con su fuerza física. La protagonista pertenece a esta raza y el argumento se construye sobre la amistad de ésta con una chica moroi de la realeza, a la que tiene la imposición de proteger aunque por dentro se cuestiona si no sería mejor dejarlo todo para vivir su vida junto a su amado Dimitri, otro dhampir guardián que se ve obligado a dedicar su vida a salvaguardar a los demás.
Sé que en apariencia parece una saga juvenil más, pero creedme: ya llevo muchas novelas juveniles leídas y esta es de matrícula de honor al lado de la mayoría. El planteamiento está muy elaborado y cada libro te deja con la boca abierta, no se puede decir que sea una historia previsible o estirada de forma forzada. Richelle Mead es una de las mejores autoras de este género y sabe lo que se hace. La saga mejora a medida que avanza (y mira que resulta difícil) y trata temas con más enjundia y profundidad que los de otras series juveniles. Probablemente este es su mayor atractivo: detesto aquellos libros que se piensan que los adolescentes son tontos e intentan colarles cualquier relato facilón y repleto de tópicos. Aquí al menos los lectores encontrarán algo más. Por último, gran parte del mérito del éxito que ha cosechado Vampire Academy se debe a Rose Hathaway, la protagonista: una chica con carácter que rompe con el prototipo de chica pava que no sabe valerse sin su novio. Hacía muchísima falta un personaje como este en la literatura juvenil, y a Rose se le coge muchísimo cariño porque su sarcasmo y su fuerza no dejan indiferente a nadie.
Aquí tenéis los títulos de la saga:
1. Vampire Academy (Estados Unidos, 2007) – Vampire Academy (España, 2009)
2. Frostbite (Estados Unidos, 2008) – Sangre azul (España, 2010)
3. Shadow kiss (Estados Unidos, 2008) – Bendecida por la sombra (España, febrero 2011)
4. Blood promise (Estados Unidos, 2009)
5. Spirit bound (Estados Unidos, 2010)
6. Last sacrifice (Estados Unidos, 2010)
Blood promise (Promesa de sangre)
No voy a desvelar el gran spoiler del libro anterior, pero, de todas formas, si tenéis intención de leer la saga os recomiendo que os saltéis este apartado para no sospechar nada. Rose emprende el viaje a Rusia para encontrar a Dimitri. Mientras en su interior se debate sobre qué debe hacer cuando lo encuentre, llega al pueblo natal de éste y conoce a su familia. Enseguida hace buenas migas con su hermana pequeña, aunque no puede decir lo mismo de su misteriosa abuela, que la mira con malos ojos y parece estar dispuesta a ponerla a prueba a cada minuto. Además, en su camino encuentra a Sydney, una humana alquimista que deja a Rose descolocada porque está al corriente de la existencia de vampiros y dhampir. Menos agradable resulta su cruce con Abe, un moroi metido en el mundo de los trapicheos que no duda en amenazarla si no vuelve de inmediato a St. Vladimir. Si no conoce a Rose, ¿quién le da estas instrucciones?
Pero nuestra joven dhampir no se ha ido del todo: Adrian la visita en sueños y ella se adentra en el alma de Lissa de vez en cuando. Así descubre que han destituido a la directora de la academia y en su lugar hay un hombre que se ha instalado allí con sus dos hijos: la chica tiene un año más que ellas y el chico es más pequeño. Avery, que así se llama ella, hace buenas migas con Lissa y se convierte en su apoyo ahora que Rose no está. Sin embargo, ocurre algo extraño en el comportamiento de Lissa: de ser una chica tranquila y responsable ha pasado a hacer locuras y emborracharse sin ninguna preocupación. Su novio Christian también lo nota y, si la cosa no para a tiempo, les puede pasar factura.
Impresiones
¿El romance de Edward y Bella os parecía un amor imposible? Pues agarraos, que vienen curvas: lo que os espera en Blood promise le da mil vueltas en intensidad y el problema planteado aquí es mucho más difícil de solucionar. Rose debe tomar una decisión importantísima y no defrauda a los lectores, ya que ante todo es una chica fuerte y no permite que los sentimientos la dejen apagada como a Bella en Luna nueva. Aunque el final suavice un poco el conflicto, en Blood promise la autora ha cumplido con lo que tenía que hacer y para mí eso tiene un gran valor. Lo que he sentido mientras leía este libro no lo he encontrado en ninguna otra novela juvenil.Al igual que ocurría en la tercera parte, Blood promise es mucho más profundo que otros libros del género. No puedo explayarme para no desvelaros nada esencial, así que simplemente diré que Rose pasa por una serie de dilemas que le hacen cambiar la perspectiva de todo aquello en lo que había creído siempre. Algunos temas se relacionan con la historia de amor (que, aunque es maravillosa, no puedo negar que idealizada está un rato largo), pero otros con su futuro profesional y aquello que quiere para su vida. Me parece estupendo que una novela juvenil transmita los valores de luchar por cumplir tus sueños y no dejar que la opinión de los demás te influya; es un tema importantísimo para los adolescentes y aun así hay muchas novelas que lo pasan por alto (mientras los dos pipiolos acaben juntos, lo demás da igual). Chapeau por Richelle Mead una vez más.
Otro aspecto del que los futuros escritores de sagas deberían tomar nota es el hecho de dotar cada novela de carácter propio. Me explico: en algunas series se nota la carencia de ideas del autor porque estiran la misma trama de forma forzada; sin embargo, Mead lo tiene todo atado y bien atado desde antes de empezar, sabe plantear un nuevo misterio en cada libro sin olvidar las ideas principales y ningún detalle es mero relleno. Además de arriesgar con los acontecimientos, un rasgo característico de sus libros es el cambio de ambientación en ellos: el primero se sitúa en la academia, el segundo en la nieve, el tercero de nuevo en la academia y este cuarto en Rusia. El cambio de paisaje evita que el lector se canse y ofrece nuevas perspectivas del mundo mágico, que si se saben aprovechar como es debido seguro que darán sus frutos en forma de más ventas y reseñas positivas. En este caso en particular, me ha encantado conocer la vida de los dhampirs que no acuden a un internado y descubrir la existencia de los alquimistas, que seguro que darán mucho juego en el spin-off de la serie.
Hablando de lo bien organizado que está todo, en Blood promise he sido (aún) más consciente del acierto que supuso la conexión entre Rose y Lissa y la capacidad de Adrian para visitar los sueños de los demás. De esta forma, la protagonista nunca abandona del todo a sus compañeros y no nos perdemos ni un detalle de la vida en la academia de cara a los próximos libros. En definitiva, que además de ser cosas que dan juego de por sí, están muy bien utilizadas en la saga al completo.
Con respecto a los personajes, todos están fantásticamente caracterizados, desde los protagonistas hasta los secundarios. Richelle Mead los retrata de una manera que parece que tengan vida propia y en cualquier momento vayan a saltar de las páginas del libro a la vida real. Rose está enorme, Dimitri más cañero que nunca (sí, este Superman casi me gusta más ahora que antes, es más morboso, ¡ja, ja!), las mujeres del entorno de éste muy cercanas y creíbles, Adrian y Christian en su línea, Abe y Sydney con su dosis justas de misterio, Avery odiosa desde el primer momento, etc. No me he sentido decepcionada con ninguno (y eso que el secreto de Abe me lo imaginé enseguida), me alegra que la autora haya renovado a los personajes malvados y lo mismo digo sobre la inalterable y perfecta relación de Lissa y Christian. Era necesario que la cosa cambiara un poco, más que nada para darle vidilla a la saga.
Como no podía ser de otra manera, el libro está muy bien escrito y, a pesar de la gravedad de la situación, los diálogos contienen el mismo sarcasmo que antes y son la mejor habilidad de esta escritora. Además, tal y como dije en mi opinión del libro anterior, no hace falta tener un gran dominio del inglés para entenderlo y disfrutarlo, así que si os da pereza empezar la saga porque todavía quedan tres libros por traducir, os animo a leerlos en inglés.
En definitiva, Blood promise está a la altura del resto de la saga e incluso diría que es la parte que más me ha gustado hasta ahora (con el final me imaginaba una música de hard rock o heavy metal de fondo, ¡la situación promete tanto!). El único fallo que le he encontrado son los constantes recordatorios de aquello que ya aprendimos en los libros anteriores: qué son los moroi, qué son los dhampir, qué pasó en el primer libro, etc. Lo puedo entender hasta cierto punto porque los libros se publicaron con unos meses de separación y para quien no leyera la saga del tirón tal vez era necesario refrescar la memoria, pero aun así este es el cuarto libro y hay cosas que tenemos más que sabidas. Con recordar los acontecimientos del tercer libro bastaba, no creo que a alguien que desconozca la saga le dé por empezarla en el cuarto, así que las explicaciones sobre las razas de vampiros se podrían haber ahorrado. Son lo único que entorpece el ritmo y se nota muchísimo que están ahí porque la autora tiene que meterlos sí o sí (no me extrañaría que fueran instrucciones del editor).
Conclusión
Maravilloso. No voy a repetir lo que ya he explicado detalladamente en mi opinión, de modo que me limitaré a decir que cumple las expectativas y no defraudará a los fans que ven en Richelle Mead una escritora dotada de gran talento para la fantasía urbana. Si esperabais una resolución a lo Meyer, podéis estar tranquilos. En fin, evidentemente no lo voy a recomendar a todo el mundo porque este género tiene su público, pero si formáis parte de este sí que os aconsejo que leáis la saga. Me parece imprescindible para los amantes de la literatura juvenil fantástica: no os dejéis llevar por la portada o la sinopsis y dadle una oportunidad. Es algo más que la típica historia de vampiros, así que no os arrepentiréis de conocer a Rose, Dimitri y compañía. Palabra de Rusta.
Mi valoración: 9,5/10